
Desde que comenzó el verano, el diésel se ha encarecido en Europa siete céntimos, hasta 1,432 euros por litro, mientras que la gasolina se ha incrementado dos céntimos, hasta 1,486. Estas subidas suponen una mala noticia para los conductores en pleno puente de agosto. Pero si se ponen en perspectiva, la realidad es que, el coste actual de llenar el depósito del coche, está por debajo de la media de 2025. Además, el repunte no impide que este agosto sea el que presente los precios más bajos desde 2021. Y por si falta algo, el precio de los combustibles en España está también algo por debajo de la media comunitaria. Todo esto refleja que, la actual subida de los carburantes es limitada y, que debería suponer un problema menor para los conductores de cara a sus vacaciones.