
La bolsa europea arrancó de manera positiva la sesión del lunes, lo que venía a indicar que el mercado compraba el fin de la incertidumbre tras el acuerdo de EEUU y la UE. Pero a lo largo de las horas, los índices perdieron impulso y terminaron la jornada planos, o con leves pérdidas. Este giro de posiciones en Europa refleja que el acuerdo alcanzado por Bruselas ha dejado mal sabor de boca. Algo lógico habida cuenta de que el texto firmado está muy lejos de colmar las aspiraciones europeas. De hecho, la Comisión llevaba semanas insistiendo en que no aceptaría una tasa superior al 10%, como la acordada entre Washington y Londres, para plegarse a los mandatos de Donald Trump y firmar un arancel del 15%. Además, Bruselas se ha comprometido a adquirir a EEUU 750.000 millones de dólares (250.000 millones de euros al año durante los tres próximos ejercicios) en energía, para reducir las importaciones de Rusia y reemplazarlas por el suministro desde el otro lado del Atlántico.
No obstante, sustituir la dependencia energética con Moscú por EEUU no parece la opción más sensata habida cuenta de la impredecibilidad que caracteriza al líder republicano. Y por si fuera poco, la UE invertirá otros 600.000 millones de dólares para reequilibrar la balanza comercial con EEUU. Todo ello refleja que Bruselas ha claudicado ante Donald Trump, firmando el acuerdo que Washington quería y que, además, supone un duro golpe a sectores como el alimentario y, sobre todo, el metal. Ello debido a que el arancel para el acero y el aluminio crece un 25%, hasta el 50%. De hecho, solo el motor puede cantar victoria tras ver como la tasa desciende del 27,5% al 15%. Un único triunfo que no basta para salvar un acuerdo que ha demostrado la manifiesta debilidad de la UE ante EEUU.