
La Comisión Bilateral entre el Estado y la Generalitat han sentado las bases para desarrollar el nuevo modelo de financiación singular para Cataluña. El también llamado 'concierto' catalán es un compromiso firmado entre ERC y el PSC para la investidura de Salvador Illa y permitiría a Cataluña la gestión de todos los impuestos autonómicos, unos 25.000 millones. De momento ambas partes han llegado a un acuerdo de intenciones del que ya se puede extraer el objetivo de cambiar el actual sistema de financiación autonómica basado en el principio de solidaridad por el de ordinalidad, que exige que cada CCAA reciba fondos en función de su aportación al PIB y su volumen de habitantes. Esto supondría que Cataluña tendría derecho a 306,74 euros por cada uno de los 8,11 millones de ciudadanos que posee, lo que elevaría en 2.488 millones su financiación. Por el contrario, el cambio supondría un duro golpe para autonomías despobladas.
Sirva de ejemplo que la ordinalidad generaría que Extremadura recibiera 1.211 euros menos de financiación por habitante. Pero más allá de que este sistema de financiación es injusto para otras regiones, especialmente las más pobres, tampoco colma las aspiraciones de los partidos independentistas. De hecho, los 2.488 millones de más a los que la Generalitat tendría acceso están muy lejos de los 22.000 millones de déficit fiscal que, según Junts, sufre Cataluña. Una diferencia que lleva a la formación independentista a mostrarse crítica con el acuerdo. Esta posición, y el lógico rechazo de otros partidos políticos, convierte en prácticamente imposible que el Congreso apruebe no solo el nuevo modelo de financiación, sino las leyes orgánicas que son necesarias para hacerlo realidad. El 'concierto' catalán se convierte así en papel mojado.