
El goteo continuo de incidencias que está sufriendo la red de alta velocidad ferroviaria no se debe al incremento del tráfico tras la liberalización del sector. Así lo demuestra que Francia, donde los trenes transportan el doble de viajeros que en España, no sufra el volumen de problemas de España. La razón, por tanto, hay que buscarla en las menores inversiones que Adif destina a mantener las vías. De hecho, el gestor público desembolsa un 16% menos que hace 10 años si se tiene en cuenta que esta infraestructura ha añadido 834 kilómetros más de recorrido en dicho periodo. Ante este déficit, resulta comprensible que en la última jornada dedicada al sector de elEconomista.es, Ouigo pidiera a Adif invertir más en la red y en tecnologías de última generación que sirvan para predecir los incidentes en las vías. No obstante, el problema del déficit de desembolsos en las infraestructuras nacionales no se ciñe solo a la ferroviaria.
El apagón del pasado 28 de abril y el hecho de que las subestaciones de la línea Madrid-Sevilla sean el origen de parte de las incidencias del AVE, evidencian la necesidad de modernizar la red eléctrica. Y lo mismo ocurre con las carreteras, que reflejan un deterioro progresivo y donde el sector fija un déficit de conservación que ya supera los 13.000 millones. El mantenimiento de las infraestructuras es clave para ofrecer un mejor servicio al ciudadano. Pero también afecta a la imagen que el país ofrece en el exterior y a su capacidad para atraer empresas. Es por ello necesario un incremento de la inversión en conservación y modernización de las infraestructuras. Con ese objetivo impulsar la colaboración público-privada se antoja una fórmula adecuada para mejorar el estado de las vías, las carreteras y la red eléctrica.