Opinión

Un Peugeot gripado

  • Lo mejor para España y el PSOE es que Sánchez convoque elecciones y abandone la política
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, durante un acto público
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El informe de la UCO sobre la mangancia de media docena (por lo menos) de sanchistas no creo que se vaya a olvidar aplicando el método Sánchez: "O yo o la extrema derecha". El desastre sanchista ha coincidido con el 40 aniversario de la entrada de España en la Unión Europea. Como dato curioso, el principal protagonista de aquel acontecimiento, Felipe González, no estuvo en la celebración que tuvo lugar en el Palacio Real estaba unos kilómetros más lejos junto a Eduardo Madina.

González tiene a sus 83 años una envidiable actividad y está jugando una última batalla para salvar a su PSOE de sus dueños actuales. El jueves apoyó a Madina, miembro destacado de un sector creciente del socialismo que ha salido del estado de hibernación y se prepara por lo que pueda pasar. El repaso del papel que jugó González en la entrada en la UE deja importantes lecciones. Encalladas las negociaciones por las resistencias de varios países, especialmente la Francia de Mitterrand, la apuesta del presidente español por acercarse a la Alemania del conservador Helmut Kohl fue uno de esos movimientos audaces que quedan para la historia.

Roberto Benito nos recordaba el pasado lunes el libro que en su día escribió José Ignacio Torreblanca sobre las relaciones entre Kohl y González, trabajo fundamental para comprender la adhesión de España a la UE, la permanencia en la OTAN aprobada en referéndum el año siguiente y el papel notable que jugó el país en la escena internacional hasta los inicios de los 2000, cuando el populismo, la polarización y la parálisis económica lo situaron en el oscuro lugar en el que ahora se encuentra.

Torreblanca lo explicaba así: "El apoyo prestado por González a la Alianza Atlántica en un momento de alta tensión con la Unión Soviética se reveló como una gran inversión. Además de hacer visible a España como un socio responsable y a González como un líder dispuesto a ir a contracorriente cuando fuera necesario, tuvo un gran retorno". Pedro Sánchez es cautivo de querer gobernar contra una mayoría social, rodeado él de corrupción, y dispuesto a hacer trampas de todo tipo dentro y fuera del PSOE, a lo cual se han ido uniendo permanentes ataques a los jueces, a las Fuerzas de Seguridad y a los medios de comunicación… Además, Sánchez no es capaz de asumir compromisos serios en los asuntos internacionales de hoy.

Yo no sé cuánto podrá seguir viviendo en La Moncloa Sánchez -ojalá que poco tiempo- pero lo que es seguro es que en la Unión Europea va a pintar menos que un mono en una pared. Esta situación insostenible no impidió a Sánchez seguir con la matraca del "yo o la derecha extrema junto a la extrema derecha" que hasta ahora no le ha ido tan mal. Pero a partir de ahora le será difícil hacer creer semejante mensaje sectario que niega la alternancia en el Gobierno, método imprescindible en cualquier democracia. Lo mejor para España y para el PSOE es que Sánchez convoque elecciones generales y abandone la política.

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