Opinión

Urge reconocer a las empresas de tamaño intermedio

  • El tamaño de las empresas impacta en la prosperidad y en el bienestar social a largo plazo
  • Países como Francia y Alemania ya han dado pasos en el  reconocimiento y la definición de las ETI
Ejemplo de una pyme española
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En el diverso panorama empresarial de España existe un sector crucial que a menudo no recibe la atención que merece: las Empresas de Tamaño Intermedio (ETI) o Mid-Caps. Estas empresas, que se sitúan a caballo entre las pymes y las grandes corporaciones, presentan características y desafíos propios que requieren un enfoque específico. El Círculo de Empresarios, a través de una reciente Toma de Posición, respalda firmemente el reconocimiento europeo de las ETI, resaltando su papel fundamental como motores de innovación, competitividad y crecimiento económico. El reconocimiento formal de la categoría ETI en España fortalecería la competitividad de las empresas intermedias además de servir como base para futuras legislaciones que consideren disposiciones más adecuadas según el tamaño de las empresas. Esto contribuiría a crear un entorno regulatorio más simple y predecible que incentive la inversión en la UE.

El tamaño empresarial impacta significativamente en la prosperidad y en el bienestar social a largo plazo. En España, se ha identificado una correlación preocupante entre el reducido tamaño de las empresas y la baja productividad del sistema económico. Esto se ve influenciado por la menor eficiencia en la asignación de recursos, la fuga de talento y la escasa inversión en investigación y desarrollo. Investigaciones del Banco de España y del Instituto Español de Analistas resaltan que la complejidad y fragmentación de la regulación, especialmente en áreas fiscales y laborales, contribuyen a este déficit de productividad y desincentivan el crecimiento de las ETI, que están atrapadas en un entorno normativo que muchas veces no se adapta a sus realidades.

En la Unión Europea, las empresas que no cumplen con los criterios de pyme -menos de 250 empleados y una facturación inferior a 50 millones de euros- se consideran grandes empresas. Sin embargo, esta clasificación abarca una gran diversidad de empresas y dificulta la adaptación a las necesidades específicas de todas las compañías dentro de esta categoría ETI. Informes como Hidden champions, missed opportunities del Banco Europeo de Inversiones y Towards a competitive edge: reforming the EU regulatory framework del European Policy Center subrayan la necesidad de crear una categoría formal para las ETI. El estudio de Enrico Letta sobre el Mercado Único también subraya esta necesidad y destaca la importancia de aumentar el tamaño de las empresas europeas para tener la influencia internacional de la UE.

Estos documentos destacan que la creación de una categoría formal para las ETI permitiría adaptar la regulación a su tamaño, facilitando así el acceso a la financiación y reduciendo la burocracia. Esta nueva regulación evitaría el aumento de los costes asociados al crecimiento y suavizaría las restricciones aplicadas a las grandes empresas, lo cual es crucial para mantener la competitividad de la economía europea en un contexto global. En España, la Fundación Cre100do, de la que es miembro fundador el Círculo de Empresarios, agrupa a 130 empresas relevantes de tamaño intermedio con el fin de impulsar su crecimiento, innovación y cooperación. Desde hace años, también se dedica a visibilizar el segmento de las ETI ante las instituciones y la sociedad en general.

En países como Francia y Alemania, ya se han dado pasos importantes en la definición y reconocimiento de las ETI. En Francia, este segmento está definido legalmente desde 2008, incluyendo empresas que tiene entre 250 y 4.999 empleados y una facturación entre 50 y 1.500 millones de euros. Aunque en Alemania la ETI no tiene un reconocimiento legal formal, el modelo del Mittelstand ofrece un sólido apoyo a estas empresas. El Círculo de Empresarios, en su reciente Toma de Posición, propone que las ETI se definan como aquellas empresas que tienen entre 250 y 2.999 empleados o que registran una facturación de entre 50 y 1.000 millones de euros.

Este enfoque situaría a las ETI entre las pyme y las grandes empresas, permitiendo la aplicación de una regulación diferencial que promueva su competitividad sin las mismas restricciones que afrontan las grandes corporaciones. Para avanzar en este contexto será esencial llevar a cabo un análisis exhaustivo de las necesidades específicas de las ETI en España, tomando en cuenta criterios económicos y estadísticos, así como la distribución sectorial. Además, se deben realizar consultas a las partes interesadas para asegurar que las regulaciones sean pertinentes y efectivas. Cabe destacar que, el pasado 21 de mayo, la Comisión Europea presentó al Parlamento una nueva clasificación de empresas de tamaño intermedio, denominada Small Mid Caps (SMC). Esta propuesta resulta de un extenso estudio sobre las empresas medianas en Europa.

La categoría SMC incluye a aquellas empresas que tienen entre 50 y 750 empleados y que, además, cuentan con un volumen de negocio entre 50 y 150 millones de euros o con activos totales de hasta 129 millones de euros. Las empresas que pertenezcan a esta nueva categoría estarán exentas de ocho leyes de la UE, incluyendo el Reglamento General de Protección de Datos, la Directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros y el Reglamento sobre Baterías. Esta es una excelente noticia que beneficiará a aproximadamente 38,000 empresas en Europa. Sin embargo, consideramos que la medida se queda corta en comparación con las expectativas de los países líderes de la UE, como España, como hemos mencionado anteriormente.

El Círculo de Empresarios y la Fundación cre100do están comprometidos a mantener un diálogo constante con entidades homólogas de otros Estados miembros, con la Comisión Europea y con las autoridades españolas competentes, para avanzar hacia la definición de esta nueva categoría. Reconocer y apoyar a las ETI no solo es un imperativo estratégico, sino un paso necesario hacia un crecimiento económico más robusto y equitativo. Es el momento de actuar: el futuro de las Empresas de Tamaño Intermedio es clave para la vitalidad de la economía española.

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