Opinión

La sombra del fraude

  • Rafael Sánchez de Puerta, director general de Dcoop

Sin ánimo de polemizar, en el contexto de un encuentro informal con periodistas, Dcoop denunció hace unos días lo que viene comentando desde hace ya tiempo y es de sobra conocido por todos en este mundo: la existencia de indicios el mercado que hacen pensar que existe fraude en el sector del aceite de oliva. No podemos aportar pruebas, pero sí hay evidencias, como la existencia en el mercado de aceites de oliva envasados que, aunque cumplen con la normativa, tienen la mayoría de sus parámetros químicos al límite cuando esto es imposible de que ocurra de forma natural. Además, algunas campañas (como la recién acabada), en la que tan pendientes estábamos del precio del aceite, ha habido momentos en los que el aceite lampante ha estado más caro que el aceite de oliva refinado, del que procede, algo que carece de toda lógica de mercado.

Como cooperativa de olivareros, Dcoop defiende que lo que vaya en las botellas de aceite de oliva proceda exclusivamente de la aceituna. Es un compromiso con el trabajo que se hace en por defender la calidad del sector oleícola español.

Al hilo de lo anterior, lo que hemos vivido en los últimos tiempos son situaciones extrañas que nos pueden llevar a pensar que algunas empresas del sector aceitero están cometiendo prácticas fraudulentas. Insistimos con dos ejemplos muy sencillos:

Ha habido momentos en la campaña pasada en los que el aceite lampante, es decir, aquel que no se puede envasar porque es de peor calidad y que hay que refinar, ha estado muchos más caro que el aceite refinado, ese lampante cuyos defectos se han neutralizado en una refinería. Por tanto, ahí ha habido un proceso industrial, que necesariamente ha tenido que encarecer el aceite. Cualquiera que opera en el mercado con estos aceites, lo ha vivido.

Por otro lado, todos los aceites tienen una composición de ácidos, pero muchos de ellos son compartidos. Por ejemplo, el aceite de girasol contiene ácido oleico, que es el típico del aceite. La mezcla de diferentes aceites es muy difícil de detectar en un análisis de laboratorio. Hemos hecho estudios en los que se ha descubierto que hay aceites en el mercado con una mayoría de parámetros analíticos al límite, cuando eso es imposible de forma natural, solo se explicaría por la mezcla de diferentes aceites. El aceite está dentro de norma, pero con valores analíticos extraños por estar al límite, cuando esto no se da de forma natural.

Seguridad

En ningún caso estamos hablando aquí de riesgo para la salud, es como si dijésemos que, en lugar de leche, se ha vendido leche mezclada con agua. No es peligroso para la salud de los consumidores, pero sí es un ataque a la autenticidad, a la pureza del aceite de oliva. Se trata de un fraude económico y de un riesgo de pérdida de prestigio para la mejor grasa saludable que puede consumirse.

Esto lo hemos comentado en más de una ocasión y se lo hemos trasladado a la Administración desde hace tiempo, pero no se ha hecho nada aún. No tenemos pruebas concretado contra ningún operador. En ese caso, hubiésemos denunciado, pero sí que pedimos que se investigue y se defienda siempre la autenticidad y la buena imagen del que goza el aceite de oliva español.

Creemos que se debe avanzar en la trazabilidad de todo el proceso, en hacer un seguimiento del camino que recorren los aceites de oliva en todo momento y en ese sentido está la certificación del Patrimonio Comunal Olivarero a la que nos hemos adherido. Pero, sin duda, hay que dar más pasos para erradicar el fraude, prestigiar nuestros aceites de calidad y alinear a todos los operadores con las mismas reglas de juego. Como no se combate el fraude o la corrupción es negándolos u ocultándolos.

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