Opinión

Demasiada tensión

  • El Caso ERE vuelve a poner al rojo la vida política en la comunidad
  • En los últimos días de este mes Moreno hará un cambio de Gobierno
Sala de vistas de un tribunal andaluz.

Salvador González Martín ha sido elegido presidente de la Abogacía Española. Un nombramiento se ha acogido en Andalucía con optimismo. Quienes lo conocen destacan su liderazgo discreto para construir equipos sólidos, su talante conciliador y el saber conjugar las tradiciones de la profesión con las exigencias de los nuevos tiempos. Cualidades muy necesarias para navegar entre las turbulencias que sacuden actualmente a todos los agentes implicados en el mundo de la Justicia, del que los abogados son parte fundamental. Anteriormente los también decanos malagueños Manuel Camas y Javier Lara intentaron presidir este organismo. A la tercera ha sido la vencida. Justo cuando la situación está más tensa.

Prueba de la agitación en todo lo que rodea a las decisiones judiciales está en la escandalera que acompaña a las decisiones del TC de anular parcialmente las condenas de la pieza política de los ERE. No se entiende bien la desaforada reacción de parte de compañeros de partido de los cargos públicos condenados ante lo que ha sido el mayor escándalo de corrupción institucional de la historia reciente de España, y que aún ensombrece la marca Andalucía. Por usar palabras del expresidente Griñán, "hubo un gran fraude". La arbitrariedad con la que se manejaron los fondos públicos durante años y la falta de diligencia en el control de las ayudas son hechos probados en sentencias firmes. Aparte de las condenas dictadas por la Audiencia de Sevilla y el TS sobre esta pieza, revisadas parcialmente, hay ya 17 fallos condenatorios y más de 130 piezas separadas pendientes de juicio en la macrocausa. No cabe además interpretar los ERE como un caso aislado, sino como un 'modus operandi', como una forma de gobierno, como demuestran las causas judiciales en cursos de formación, Umax, Faffe, la macrocausa de IDEA … Los andaluces aún estarán años abochornados por estos asuntos, hasta que la Justicia lo resuelva por completo (habrá todavía juicios por corrupción en los gobiernos socialistas durante mucho tiempo) y se pueda pasar página. No parece que haya motivos para sacar pecho, más allá de la mera estrategia política y la necesidad de rearmarse moralmente.

El nuevo panorama andaluz está marcado por la estabilidad, la seguridad jurídica y la confianza de las empresas en la comunidad. Prueba de ello es la capacidad de atracción de inversión extranjera. El último ejemplo, la china Desay, que se suma a la resurrección industrial de una ciudad señera como es Linares. Y habrá más anuncios próximamente en toda la comunidad, puede que alguno incluso de nuevo en Linares. Estabilidad, seguridad y confianza son claves para que puedan despegar proyectos importantes por ejemplo en el área minera de Sevilla y Huelva, los importantes proyectos en torno al hidrógeno verde, o en el cambio que puede suponer para el turismo andaluz la renovación de la planta hotelera con enseñas premium. En torno a algunos de estos vectores clave -minas y turismo fundamentalmente- está aumentando la contestación de sectores minoritarios, pero con capacidad de tensionar la situación.

El foco que ha puesto el presidente andaluz Juanma Moreno sobre los problemas de infrafinanciación de la comunidad en debate sobre la situación política de la comunidad va a tener un nuevo punto de inflexión en los próximos días, con la convocatoria -al fin- del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Aunque el asunto no estará en el orden del día, habrá que ver cómo se enfoca un nuevo reparto más justo de la tarta cuando el encargado de acometerla es un ejecutivo rehén de sus socios nacionalistas, incapaz de sacar adelante sus iniciativas. En la política andaluza, al margen de los ERE, el tema de julio es la renovación de Gobierno que prepara Moreno. Que nadie se relaje. Poco margen para cábalas y especulaciones, dado el hermetismo con el que el presidente andaluz maneja las decisiones sobre su gabinete. Así que todos tensos.

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