
María Jesús Montero vuelve a descartar un ajuste del IRPF a la inflación (deflactar) porque beneficiaría a las rentas altas. Recurre al argumento de los mal llamados ricos para eludir una medida necesaria que paliaría el golpe del IPC a los contribuyentes. De hecho, una persona con un sueldo de 30.000 euros pierde ahora 232,56. Un dinero que engorda una recaudación que creció un 6,5% en 2023, hasta 271.935 millones. Una cifra récord que refleja que existe margen para adecuar los tramos del IRPF. Pero que también muestra que son las clases medias las que más ayudan a sufragar la fiesta del gasto público del Gobierno. Una aportación que desde luego la vicepresidenta no quiere reducir aunque ello merme la renta de las familias y lastre el consumo.
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