Opinión

La cara oculta del empleo

  • Díaz parece haber utilizado las mismas trampas de Tezanos en las estadísiticas de desempleo 
Yolanda Díaz en el Congreso de los Diputados. EP

Venimos advirtiendo desde hace meses que las estadísticas del Ministerio de Trabajo tienen más trampas que las encuestas de Tezanos. Y eso ha ocurrido también con la EPA del IV trimestre del año pasado en la que, siendo cierto que el número de parados disminuyó en 24.600 personas, los resultados distan mucho de ser los del "mejor año para el empleo desde 2005", como presume la ministra Yolanda Díaz.

Antes al contrario, analizando los propios datos del Gobierno vemos que el número de trabajadores ocupados se redujo en 19.000 personas entre octubre y diciembre, mientras que el número de asalariados disminuyó en 84.200. Cifra que resulta de un amento de 68.300 personas con contrato indefinido y un descenso de 152.500 en las que tenían contrato temporal.

Pero siendo este último dato aparentemente positivo el detalle de los resultados de la encuesta nos revela que ese apariencia se torna en realidad negativa al comprobar como el empleo a tiempo completo descendía en 211.000 personas, mientras que el empleo a tiempo parcial aumentaba en 192.100 trabajadores. De hecho las cifras de contratación evidencia que la duración media de los contratos firmados en España en 2023 fue de 43 días y que uno de cada cinco contratos dura menos de una semana.

Dato este que añadido al hecho de que el PIB per cápita en España lleva una década estancado confirma que en la España de la sociedad Sánchez&Yoli, tener un contrato indefinido no significa tener estabilidad en el empleo ni poder llegar a fin de mes.

Y para muestra un dato, el PIB per cápita en España era de 30.241euros al final del último ejercicio frente a los 35.434 euros de media de la Unión Europea, 5.200 euros menos que nos colocan en el puesto 13 entre los 27 estados miembros de la Unión cuando somos, en teoría, la cuarta economía del euro. Como muestra un reciente informe del Colegio de Economías, los españoles somos hoy un 18,8% más pobres que en 2007, si nos comparamos con el resto de los ciudadanos de la UE.

Añadir a esto que el número real de parados en España supera ampliamente los 2.830.600 que refleja la EPA, hasta superar los 3,5 millones de parados, porque, como resaltan desde el Gabinete de Estudios de USO, los datos oficiales no contabilizan los desempleados con relación laboral, es decir los fijos discontinuos inactivos y los afectados por ERTES, que al finalizar diciembre de 2023 alcanzaron un total 746.077 personas de los que 11.385 corresponde a los ERTES. Al tiempo que los hogares con todos sus miembros activos en paro aumentaron en 3.600, hasta 932.400. Además, la productividad por puesto de trabajo retrocedió una décima en el trimestre, encadenando tres trimestres en negativo, en tanto que la productividad por hora efectivamente trabajada cedió también un 0,1%.

Esto es lo que desde el Gobierno y especialmente desde el Ministerio de Trabajo consideran el mejor año del empleo en España. Y lo más grave es que 2024 puede ser peor porque el empleo que aumenta es sólo el empleo público, que subió en 58.600 personas y supera ya los 3,5 millones de trabajadores, mientras que el empleo privado descendía en 77.600 personas, hasta 17,6l millones. De hecho los datos oficiales de contratación contabilizan ya casi doce meses de caída y en el acumulado entre enero y diciembre de 2023 alcanzaban una cifra de 15.444.205, lo que supone 2.866,138 contratos menos, un 15,65%, que en el mismo periodo del año anterior.

Un año 2023, en el que los datos de la Contabilidad Nacional revelan que la inversión empresarial se desplomó un 4,8% y se mantiene como la única variable de la demanda interna que aún no ha recuperado los niveles previos a la pandemia, mientras que la inversión extranjera cayó también un 23,3% con datos de los nueve primeros meses, últimos oficiales publicados.

A pesar de todo en una cosa si tiene razón Yolanda Díaz cuando dice que esto no es magia sino consecuencia de la política del Gobierno. De una política intervencionista, sectaria, que desprecia el diálogo social, fiscalmente esquilmatoria, hostil a las empresas que son quienes crean empleo y riqueza, limosnera y, sobre todo que ha demostrado su incapacidad para crear puestos de trabajo estables y de calidad.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky