
España es el cuarto país de la Unión Europea (UE) junto con Letonia con el porcentaje de población en riesgo de pobreza y exclusión más elevado, lo que se conoce como tasa Arope. En concreto se ven afectados el 26% de sus habitantes, solo por detrás de Rumanía (34,4%), Bulgaria (32,%) y Grecia (26,3%).
Eso supone que la tasa Arope en nuestro país es 4,4 puntos porcentuales superior a la media comunitaria, que es del 21,6%. En el lado contrario, los países con un porcentaje menor de población en riesgo de pobreza o exclusión social son República Checa (11,8%), Eslovenia (13,3%) y Polonia (15,9%).
Lo revela el informe El Estado de Pobreza en España. Seguimiento de los indicadores de la Agenda UE 2030. 2015-2022, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES).
Los autores del estudio explican, por una parte, "que con respecto a su evolución desde el año 2015, el Arope ha descendido en España y ha mejorado posición en relación a años anteriores, pero que, para 2022, el descenso de la tasa es muy similar a la de la media de la UE".
"En segundo lugar", añaden los responsables del informe, "la posición de España con respecto a la tasa de riesgo de pobreza es más negativa. Así, con el 20,4% de su población en riesgo de pobreza en 2022, cifra que es 4,9 puntos porcentuales superior a la media de todos los países en su conjunto, España ocupa el sexto lugar de la lista, debajo de Bulgaria, Estonia, Letonia, Rumanía y Lituania".
En tercer lugar, llaman la atención sobre el hecho de que "España, con el 7,7%, se sitúa como el séptimo país con mayor tasa de privación material social y severa, justo por encima de la media europea (6,7%), solo por detrás de Rumanía, Bulgaria, Grecia, Hungría, Letonia y Francia.
Finalmente, el estudio subraya que la desigualdad también es muy elevada en comparación con los estándares europeos. En este sentido, revela que el año pasado el 20% más rico de la población disponía en su conjunto de una renta anual que era 5,6 veces superior a la del 20% más pobre. Esta diferencia sitúa a España como el quinto país con mayor desigualdad media de toda la Unión Europea, solo por detrás de Bulgaria, Lituania, Letonia y Rumanía.
Asimismo, precisa el informe, el Índice de Gini (un coeficiente para medir la desigualdad salarial) en 2022 era de 32, valor que es 2,4 puntos más elevado que la media del conjunto de países de la UE y el séptimo más elevado de todos ellos.
El estudio sobre el estado de la pobreza de EAPN-ES correspondiente al año pasado revela que en términos generales los indicadores de pobreza y exclusión social han experimentado una mejoría respecto a 2021. Así, el año pasado había en España 12,3 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social, el 26% de la población, 800.000 personas menos.
Agenda 2030
Pese a esta mejoría, "la práctica totalidad de los indicadores muestran una recuperación importante en las condiciones de vida de las personas y un retorno casi completo a los datos previos a la crisis económica provocada por el Covid-19" dicen los responsables del estudio, quienes alertan de que, "por ejemplo, para el caso del Arope, se ha hecho menos de la mitad de lo necesario para cumplir con el objetivo de pobreza, ya que en la actualidad España tiene unos 1,8 millones de personas en Arope por encima de las que debería tener para cumplir sus compromisos en la Agenda 2030".
Relación entre PIB y pobreza
Durante la presentación del informe, el pasado 17 de octubre, el presidente de EAPN España y Europa, Carlos Susías, enumeró los factores que más pobreza generan en España: el coste de la vivienda, la brecha de género, "en todos los indicadores la mujer está pero que el hombre", o el apoyo insuficiente a las familias con menores.
En el estudio sobre el estado de la pobreza en España se advierte de que "el mero crecimiento económico no es suficiente para luchar contra la pobreza y la exclusión". Lo ejemplifica diciendo que entre los años 2014 y 2019 el PIB per cápita se incrementó en 4.223 euros, es decir, un crecimiento del 19%, y, sin embargo, en ese mismo periodo la tasa de riesgo de pobreza pasó desde el 22,2% hasta el 20,7%, una reducción de 1,5 puntos porcentuales y un 6,7%.
"Con esa misma relación entre el crecimiento y pobreza se necesitarían 68 años de crecimiento ininterrumpido para acabar con la pobreza", dicen los autores del informe, quienes aseveran que, "a pesar los buenos resultado de este año, queda muchísimo por hacer".