Opinión

2023: el año de los gases renovables

  • El biometano ha jugado un papel fundamental en las estrategias de descarbonización

El pasado 2023 ha sido un año importante en términos energéticos. La transición hacia una economía descarbonizada es ya una realidad gracias al esfuerzo de toda la cadena de valor del sector que estamos apostando de forma decidida por esta transformación.

En este sentido, 2023 ha sido decisivo para el desarrollo de los gases renovables, tanto biometano como hidrógeno verde, que son esenciales no solo para la consecución de los objetivos de descarbonización globales sino para reforzar la seguridad de suministro. Gracias a las infraestructuras de transporte y distribución de gas actuales, estas son modernas, eficientes, y totalmente compatibles con estos gases limpios, ya se están pudiendo transportar a industrias y sector terciario.

El biometano ha jugado un papel fundamental en las estrategias de descarbonización a lo largo del 2023 y seguirá siendo clave en 2024. Recientemente, la Comisión Europea señalaba que España tiene capacidad para producir alrededor del 13% del consumo actual de gas para el 2030, lo que demuestra su enorme potencial no solo en las estrategias de descarbonización, sino en la gestión eficaz de residuos y la promoción de la economía rural también.

En Redexis estamos trabajando en la inyección de biometano en las actuales infraestructuras gasistas, donde contamos ya con más de 200 peticiones en cartera, que acelerarán el desarrollo de la transición energética. Nuestros compromisos avanzan a buen ritmo. Por ello, estamos promoviendo más de 20 proyectos de producción de biometano, de los cuales más de 500 GWh/año ya se encuentran en fase de tramitación. Además, para 2024 se prevé que la planta de producción de biometano de Almazán en Soria ya esté en disposición de inyectar en las redes de distribución, dando un paso más en la economía circular y contribuyendo a la gestión sostenible y eficiente de los residuos agroganaderos, teniendo previsto que esto aumente notablemente en 2024.

El hidrógeno verde ha sido otro de los grandes protagonistas de la transición energética a lo largo de 2023. El Plan RePowerEU prevé un consumo de 20 MM toneladas de hidrógeno verde en la EU, lo que desplazaría un 20% de la demanda europea de gas natural en 2030. En este contexto y durante este año, ha quedado demostrado que España tiene el mayor potencial de producción en hidrógeno de la Unión Europea. Y para ello, las infraestructuras son la clave. El desarrollo de redes de transporte o de distribución que conecten la demanda de los grandes valles de hidrógeno con la producción será esencial para que llegue a ser una realidad que empuje la transición energética. Por tanto, se necesitan redes nuevas para su transporte, también apoyadas por la calidad de las redes de gas, ya que permiten el blending de hidrógeno con un reducido coste de adaptación.

En Redexis ya estamos desarrollando infraestructuras de hidrógeno renovable. A principios de 2024, pondremos en marcha la primera planta de producción de hidrógeno verde de Castilla y León y somos los titulares del primer hidrogenoducto en España que inyectará este gas renovable en la red de gas natural en Mallorca. Además, trabajamos con productores y consumidores para seguir desarrollando una infraestructura de calidad alrededor de los valles de hidrógeno, colaborando activamente en la descarbonización del tejido industrial y la movilidad en nuestro país.

El sector energético tiene ante sí un 2024 lleno de retos y oportunidades y tanto las empresas del sector como las instituciones debemos asegurar un esfuerzo conjunto estableciendo objetivos ambiciosos y realistas, trabajando e invirtiendo para conseguirlos y empujando la adopción por parte de los consumidores de los nuevos usos energéticos renovables.

Como titulares de más del 50% de los gasoductos de transporte que se han construido en los últimos diez años en España, nuestra misión es seguir desplegando las redes necesarias para que los gases renovables cobren el protagonismo que merecen, conectando la producción con la demanda, asegurando su suministro y así lograr una transición energética eficiente, sólida, justa e inclusiva.

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