
El CSI 300, de referencia en China, acumula una caída del 7,92% este año, que se eleva hasta el 44% si se toman como referencia sus máximos de 2021. Un desplome que también afecta a los fondos que invierten en renta variable china, que pierden un 54% en tres años. Este mal desempeño se debe a la compleja crisis que atraviesa el país, con el hundimiento del inmobiliario, la caída de la inversión extranjera y un crecimiento menor del esperado. Problemas que el Gobierno ha tratado de frenar con diferentes medidas, aunque con escaso éxito. Con la idea de revertir esta difícil situación, Pekín estudia ahora lanzar un paquete de ayudas de 260.000 millones. Un desembolso con el que se intenta convencer a unos inversores que, de momento, siguen dando la espalda a China.