
El autor es secretario de Política Económica y Transformación Digital del PSOE. Portavoz de Economía del Grupo Parlamentario Socialista.
El Tesoro Público es siempre un buen indicador que mide la fortaleza de la economía, que en los primeros días de 2024 ha dado muestras evidentes de la certidumbre, la estabilidad y la confianza que genera España en los mercados internacionales.
La presentación de la Estrategia de Financiación del Tesoro Público para 2024 ya anunciaba buenas expectativas con la reducción de sus necesidades de financiación en 10.000 millones de euros para este año respecto al cierre de 2023, hasta los 55.000 millones de euros.
Unas expectativas que se han corroborado cuando en su primera emisión del año, el Tesoro ha obtenido una demanda récord de 138.000 millones de euros en la emisión de 15.000 millones de euros en bonos a diez años, el 92,3% de ellos adquiridos por inversores internacionales.
De esta forma, España ha cubierto ya el 10% de toda la emisión del año, es decir de su programa de financiación para 2024, al haber emitido ya con dicha sindicación 26.327 millones de euros en los primeros diez días del año.
Es además la mayor demanda para una emisión de deuda soberana en la historia del euro, que ha cumplido este 1 de enero veinticinco años de vigencia.
Una demanda histórica que es la mejor prueba de la fortaleza de la deuda pública española, de la solidez del acceso a los mercados que hacen que España como país de certidumbre y confianza a los inversores internacionales en un contexto volátil y cambiante, que genera incertidumbre provocada por la invasión de Ucrania y el conflicto iniciado en octubre en Oriente Próximo.
Si analizamos con detenimiento la Estrategia de Financiación del Tesoro Público para 2024 comprobamos que otros datos que demuestran que hemos emprendido el camino del rigor financiero y fiscal, marcado por la prudencia y la flexibilidad.
Así comprobamos como se mantiene la senda decreciente de la deuda pública auspiciada por la consolidación de las cuentas públicas, la creación de empleo y el sólido crecimiento del PIB que hace que España sea por cuarto año consecutivo tras la pandemia la gran economía de la eurozona que más crece, superando en 2021, 2022 y 2023 todas las previsiones y con mejores perspectivas que el resto de economías de nuestro entorno en 2024.
Esa reducción de la deuda forma parte de ese compromiso demostrado por el Gobierno de España de reducir el déficit público y la ratio deuda/PIB, marcándose como objetivo situarla en el entorno del 106%, que significará una caída de un 19% con respecto a 2020.
Las previsiones del Tesoro Público mantienen la vida media de nuestra cartera en el entorno de los ocho años, lo que ha permitido suavizar el impacto de la subida de los tipos de interés. Este comportamiento de nuestra cartera permite solo tener que refinanciar una parte pequeña de nuestra deuda pública gracias a aumentar la vida media, homologándonos con otras grandes economías. Y con ello, reducir la carga financiera de la deuda. Frente a una subida de 450 puntos básicos de los tipos del Banco Central Europeo, nuestro coste medio de la deuda en circulación sólo ha subido 45 puntos, diez veces menos, reforzando la sostenibilidad de la deuda pública española.
Además, se va a seguir manteniendo el objetivo de diversificar la base inversora apostando por la emisión de bonos verdes como elemento estructural del programa de financiación de los proyectos de transición ecológica, en la línea emprendida en 2021.
Mantener unas condiciones de financiación favorables como hace en la actualidad el Tesoro Público es un indicador de que la economía española encara el futuro con la determinación que le permite seguir implementando las reformas e inversiones que generen un cambio de tendencia en el mercado laboral creando empleos estables y en sectores de alto valor añadido y profundizar en la transición ecológica y la transformación digital que van a hacer de España un país más competitivo en el futuro con capacidad de tener un tejido productivo más estable, más sostenible y con bases más sólidas para vertebrar la sociedad y afrontar los desafíos en un contexto global cada vez más volátil.
Por eso esta Estrategia de Financiación para este año emite buenas señales y sienta los cimientos para que el Tesoro Público mantenga una posición sólida, un acceso profundo al mercado y una prima de riesgo estabilizada durante 2024. Favoreciendo que los inversores internacionales sigan confiando en la economía española y que podamos seguir desplegando las grandes transformaciones del mercado de trabajo y del tejido productivo para consolidar la senda del crecimiento económico.