
El presente 2023 no está siendo fácil para las empresas. Todas han tenido que lidiar con una inflación aún elevada que encarece los costes, con una ralentización económica importante y con unos tipos de interés en máximos de décadas que han encarecido la financiación. Además, la negativa situación geopolítica, acrecentada aún más por el conflicto en la Franja de Gaza, está añadiendo más incertidumbres al ejercicio fiscal. Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, las compañías también han hecho frente a un incremento de los costes laborales por algunas de las medidas del Gobierno.
Pese a ello, las empresas no financieras del Ibex logran que sus márgenes resistan por encima del 20% en los nueve primeros meses del ejercicio. En concreto, las integrantes del selectivo, excepto los bancos y Mapfre que no trasladan el ebitda, alcanzan un nivel del 20,15%, lo que supone una mejora sustancial respecto al 19,2% de junio y se sitúa apenas 0,34 puntos por debajo del máximo del pasado año, en el 20,49%. Un nivel que se habría superado con creces (hasta el 21,77%) si se sacara a Arcelor de la ecuación, cuyos resultados se han visto muy impactados por la menor demanda global de acero. El margen de ebitda sobre ingresos mide la capacidad de las compañías para generar beneficios operativos. Por tanto, el mero hecho de ser capaces de mantener dichos márgenes en un contexto negativo es un dato muy positivo para la gran empresa española. Un hito que las firmas del Ibex han logrado gracias a su buena gestión, con la que han contenido los gastos, y su capacidad de trasladar los mayores costes a los precios. Fortalezas que impulsarán el crecimiento de estas compañías en un 2024 que se presenta más benévolo por los previsibles recortes de tipos en Europa.