Al igual que la Fed, el BCE también mantuvo sin cambios los tipos de interés tras la reunión celebrada ayer. Además, dio por descontado que el ciclo alcista ha tocado techo y abrió la puerta a recortar el precio del dinero en 2024. Esto es justo lo que las bolsas y la renta fija necesitan para proseguir el rally alcista de las últimas semanas. Tanto es así que el BCE acerca al EuroStoxx a la resistencia histórica de Lehman Brothers, situada en los 4.630 puntos. Un nivel que en caso de romperse haría mirar al índice de referencia europeo a los 5.500 puntos. Con todo, el hecho de que los bancos centrales ya atisben las primeras rebajas en los tipos no solo inyecta gasolina a los mercados. También supone una excelente noticia para la economía, ya que es fiel reflejo de que la pesadilla de la inflación está cerca de terminar. Así lo prevé el propio eurobanco que ha realizado una estimación a la baja de la inflación respecto a sus proyecciones de septiembre.
En concreto, sitúa en el 2,7% IPC de 2024, el 2,5% en 2025 y el 1,95% en 2026. Esto significa que el BCE ya ve normalizada (en el entorno del 2 %) la inflación a medio plazo. En caso de confirmarse, esta previsión permitiría al BCE arrancar las bajadas de tipos el próximo año, lo que supondría abaratar los costes de financiación para empresas y hogares. Una rebaja que impulsaría la actividad y que sería fundamental para que la renqueante economía de la eurozona se recuperara. En definitiva, un escenario muy optimista que solo un alza desmedida de los salarios que cronificara los altos precios podría impedir. Así lo indicó la propia presidenta de la entidad, Christine Lagarde, al asegurar que el problema reside en la resistencia que aún presenta "la inflación doméstica", que se basa sobre todo en los sueldos.
