
Los datos de la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre muestran que el número de trabajadores que pasan directamente a la inactividad tras un despido se sitúa cerca de los 240.000, una cifra que supone un incremento de 51% respecto a los niveles previos a la pandemia. Hablamos de personas que renuncian a buscar empleo y desaparecen del mercado laboral, quedando fuera las cifras convencionales de paro. Además, los afectados se encuentran en esta situación a edades más tempranas que en 2019, con el mayor repunte entre los que tienen entre 45 y 54 años. Ante esta situación, resultan imprescindibles medidas para rescatar esta mano de obra olvidada tras un despido en lugar de ignorarles para maquillar el dato de paro convencional.