
Hasta hace pocos años, cuando estallaba una crisis, los consejos de administración de las empresas trabajaban con determinación para adaptar sus modelos de negocio al nuevo contexto. Hasta que volvía la calma… Sin embargo, desde hace unos años encadenamos "una crisis tras otra", como advertía la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, no hace mucho. Sólo hay que ver cómo, cuando se creía que se había superado una pandemia que ha puesto en jaque al mundo entero, estallaba una Guerra en Ucrania, se registran las temperaturas extremas nunca vistas (el 4 de julio el termómetro del planeta alcanzó su máximo histórico), la inflación se ha convertido en un quebradero de cabeza para millones de familias, y tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) han irrumpido como un elefante en una cacharrería que nos hace dudar sobre la continuidad de nuestro puesto de trabajo. En este escenario complejo, cabe preguntarse, ¿Cuál debe ser la respuesta del sector asegurador? ¿Está preparado para los cambios que se avecinan en el mundo?
Como decía el consultor y padre del management moderno, Peter Drucker, "el conocimiento es un medio para la acción". Por eso, la última edición de nuestro informe Insurance Banana Skins 2023 –que analiza cada dos años, desde 2007, cuáles son los principales riesgos a los que se enfrenta el sector asegurador y que ha contado con la opinión de 589 directivos de 39 países, entre ellos España– es una herramienta importante para encarar el futuro. La encuesta detecta un aumento del "nivel de ansiedad" de la industria del seguro, algo comprensible a tenor de los problemas por resolver que hay sobre la mesa.
El principal riesgo para las empresas aseguradoras es el cibercrimen, al igual que lo fue en 2021. Las empresas tienen que sortear en el día a día desafíos como la fuga de información, el robo de datos potencialmente sensibles, el phishing o el ransomware, por poner sólo algunos ejemplos. A esto hay que sumar que la Inteligencia Artificial (IA), además de una gran oportunidad para el negocio, también puede ser una poderosa arma para los ciberdelincuentes, por lo que hay que estar especialmente alertas. La IA también ha entrado por primera vez en el top ten de los riesgos que más preocupan a los directivos del sector de los seguros. La tecnología, en general, también ocupa la cuarta posición de la clasificación: los principales ejecutivos del sector tienen miedo de haberse quedado rezagados en comparación con la banca o los fondos de inversión.
Más allá del temor al impacto de las nuevas tecnologías en el negocio, también preocupa mucho el exceso de regulación, ya que el volumen de normativas y regulaciones no deja de multiplicarse, elevando el coste de cumplimiento de las empresas y las cargas de trabajo que deben asumir. La otra cara de la moneda de la regulación es que sirve para proteger a los consumidores, fortalece a los actores aseguradores y reduce los riesgos de gobernanza. En los próximos meses, las empresas tendrán que adaptarse, por ejemplo, al Reglamento sobre la resiliencia operativa digital DORA) o a la futura Directiva de Reporting de Sostenibilidad Corporativa (CSRD).
En relación con la sostenibilidad, el cambio climático se ubica como el tercer riesgo para las aseguradoras: los directivos están detectando cómo sus compañías se exponen a un número mayor de siniestros a medida que aumentan las catástrofes naturales. Aunque en anteriores informes el cambio climático era un riesgo a largo plazo, su gestión ha pasado al primer plano en la gestión diaria de las compañías y en la agenda de los reguladores.
Pero la lista de riesgos no se queda aquí: también hay dificultades para encontrar y retener talento; incertidumbre sobre las perspectivas macro; temor a que la escalada de los tipos de interés sea un arma de doble filo si termina hundiendo a la economía en una recesión, e incertidumbre ante la continua obligación de reducir costes y de gestionar el cambio para ser competitivos.
El sector asegurador, en muy pocos años, será irreconocible. El gran desafío que tenemos por delante es cómo podemos convertir los riesgos en oportunidades para el negocio. Por ejemplo, ¿Es posible anticiparse a enfermedades o accidentes antes de que se produzcan gracias al Big Data? ¿Serán los seguros sobre ciberriesgos uno de los productos estrellas de la cartera de servicio dentro de poco? ¿Permitirá la IA responder en tiempo real a la insatisfacción de un asegurado, agilizando al máximo los procesos internos? Termino otra vez con una cita atribuida a Drucker: "Los resultados se obtienen al explotar las oportunidades, no al resolver problemas".