
A la espera de las pistas que ofrezca la reunión informal de banqueros centrales de Jackson Hole, los siguientes pasos del BCE ya se pueden vaticinar con alguna certeza.
Ayudan a marcarlos los datos definitivos de inflación relativos al mes pasado, en el que el IPC general descendió lentamente (solo dos décimas) hasta el 5,3%, con incrementos aún sostenidos en el sector servicios que la energía compensó parcialmente.
La inflación subyacente, por su parte, se mantiene sin cambios en el 5,5%. Ante un panorama así, otra alza de tipos en septiembre está ya más que descontada y aún podría más antes del cierre de año, si la esperada ralentización de los precios en el año queda lejos de cumplir las altas expectativas actuales.