
En paralelo a su impacto negativo sobre los precios al consumo con sus repercusiones a nivel interno sobre la mortalidad empresarial, el empleo, la pérdida de poder adquisitivo y el empobrecimiento general de los ciudadanos, los niveles de inflación disparada que afectan a la economía europea en general y a la española en particular se están convirtiendo también en un lastre añadido para las exportaciones y el conjunto de la actividad de las empresas españolas en el exterior, afectadas por una alarmante pérdida de competitividad y el encarecimiento de las compras, con el añadido de la subida de los tipos de interés y la revalorización del euro frente al dólar.
Un impacto que en 2022 disparó nuestro déficit comercial hasta 71.358,4 millones, un 53,7% superior al del año precedente, mientras que para el ejercicio en curso la agencia de calificación financiera EthiFinance Ratings, estima un desplome de casi 14 puntos de nuestras ventas en el exterior hasta caer a sólo un 2,2% durante este año, desde el 16,1% de este ejercicio de 2022. Contracción que también afectará a las importaciones que caerán desde el 9,4% del año pasado al 2,6% en 2023. Deterioro que, a nadie se escapa, es una muy mala noticia para la economía española.
En su actualización de previsiones del pasado mes de enero EthiFinance advierte de la elevada tasa de inflación subyacente, que no bajará del 5,5% en media anual, y será la tónica que marcará todo el ejercicio económico. Los altos precios de los productos y servicios lastrarán el consumo de los hogares hasta el 1,3%, lo que significa una caída de 1,2 puntos respecto al pasado ejercicio de 2022, mientras que el sector exterior, es el segundo gran afectado tanto por la coyuntura de precios como por la contracción de la demanda a nivel global.
En lo que respecta a los mercados de destino, aunque es notorio que la situación actual de los precios está afectando de manera negativa a la competitividad de las ventas españolas en todos los mercados exteriores, los mayores impactos se concentran en los intercambios comerciales dentro de la UE, área en la que se están sufriendo las mayores consecuencias de la invasión de Ucrania y la subida de los costes energéticos. Efectos que están obligando a los países europeos a buscar mercados más competitivos al objeto de "rebajar sus costes".
A ello se añaden en el caso español los efectos negativos del giro de Pedro Sánchez en el Sahara Occidental al que Argelia respondió en junio pasado con un veto comercial a las empresas españolas que han sumado pérdidas por un valor superior a 1.100 millones en ese mercado, disparando el déficit comercial bilateral por encima de los 4.500 millones, el máximo histórico en nuestro intercambio con el país magrebí. Sin ninguna duda, esta situación de nuestro sector exportador tendrá consecuencias directas sobre la capacidad de crecimiento de la economía española para este 2023 que, desde Ethifinance, cifran en algo más del 1,3%, cifra que se estima muy por debajo de su potencial. Es por ello que parece urgente desarrollar nuevas políticas de apoyo que fortalezcan la industria española y la competitividad de nuestras empresas exportadoras hacia terceros mercados así como que se refuercen los programas para impulsar y fomentar la internacionalización del tejido empresarial de España si se quiere que el sector exterior continúe siendo uno de los pilares maestros de nuestra economía y el motor de la recuperación, como ya lo fuera durante la anterior crisis financiera.
Recuperación que el exministro de Industria y Comercio, Miguel Sebastián, coordinador académico de GATE Center vinculó durante su intervención en la mesa inaugural de IMEX 2023 a dos cuestiones claves para el modelo de crecimiento de las economías mundiales: la lucha por la atracción de talento, y la lucha contra la desigualdad interna en los países desarrollados. En este sentido fue rotundo al afirmar que "si intentamos atajar este aumento de la desigualdad con un aumento de los impuestos sobre el ahorro, corremos el riesgo de cargarnos el modelo de crecimiento". Las economías crecen por la inversión y el ahorro", enfatizó. Quien tenga oídos para oír que oiga y quien quiera entender que entienda.