
Si los últimos años son como los primeros, la década de los 2020 no pasará a la historia por la tranquilidad. La pandemia, el coste de la vida y la guerra en Ucrania han ido sumando tensiones a una economía que ya se estaba acostumbrando a imprevistos como el brexit o la elección de Donald Trump. 2023 ha contribuido con un ingrediente extra, la incertidumbre en el sector bancario, cuyo alcance no está claro aún.
El detonante de la última crisis ha sido la caída del Silicon Valley Bank (SVB). Pese a lo imponente del nombre, se trata de una entidad relativamente pequeña y con características específicas. De hecho, el SVB destacaba más que nada por su clientela: startups tecnológicas que levantan mucho dinero en rondas de financiación. En los últimos dos años, la entidad decidió invertir mucho de ese capital -más de la cuenta- en bonos.
Pero a las startups no les ha ido bien recientemente, y a la pérdida de capitalización bursátil se ha unido la necesidad de financiación. Sin inversores que apoyaran nuevas rondas, tuvieron que recurrir a fondos propios: el dinero que tenían en SVB. El banco se vio obligado a vender bonos, perdiendo con ello 1.800 millones de euros. No era mucho, pero cundió la desconfianza y SVB perdió 40.000 millones de euros en depósitos… en un día.
Los inversores toman nota
Desconfianza es la palabra clave y, aunque las autoridades han actuado rápido, el recuerdo de la caída de Lehman Brothers en 2008 todavía pesa mucho en el mercado. No en vano, los inversores ya se han pronunciado: la capitalización de los bancos americanos ha caído en más de 200.000 millones en el último mes. Y quizá usted también se ha preguntado si debe poner a salvo su dinero.
Además de las acciones y los bonos, que andan algo revueltos, el inversor de a pie debería concentrarse en otra clase de activo: el inmobiliario. Es la recomendación de dos de los inversores más reputados, Charles Ellis y Burton Malkiel. Invertir en ladrillo a través, por ejemplo, del crowdfunding inmobiliario, presenta dos ventajas claves en los tiempos que corren: poca correlación con los mercados financieros y protección frente a la inflación.
Aunque los pronósticos para este año apuntan a una moderación, lo cierto es que el sector inmobiliario goza de buena salud en España. La razón principal es simple: existe más demanda de vivienda que oferta, una situación opuesta a la que se vivió durante la burbuja. El encarecimiento de las hipotecas hará que este año se vendan menos pisos, pero los precios se mantendrán bastante estables... porque se necesitan más de los que hay.
Así, mientras en 2022 las rentabilidades fueron generalizadamente bajas, los resultados de Urbanitae arrojaron un retorno anual promedio superior al 16%. En conjunto, la plataforma, que financia proyectos inmobiliarios con la aportación de muchos inversores, ha superado el 17% de rentabilidad anualizada (TIR) media en los proyectos que ha devuelto a sus inversores -19 hasta la fecha-.
El secreto del éxito de Urbanitae es simple: ser cauto e invertir en algo, como la promoción inmobiliaria, que ofrece comúnmente retornos de doble dígito. La cautela está en elegir muy bien esas promociones. La plataforma de crowdfunding inmobiliario está especializada en vivienda de obra nueva, desarrollada por promotores de primera línea, como Inmobiliaria Espacio o Gestilar. Parte de hipótesis de negocio conservadoras y fija garantías exigentes para proteger el dinero de los inversores.
Los bancos, a salvo... pero no de la inflación
En teoría, ese dinero también está seguro en los bancos. Después de todo, no tendría por qué haber contagios ni pánicos financieros. El perfil de SVB es casi único, y las autoridades han actuado rápido para rescatarlo. La Fed ya ha anunciado una inyección de liquidez a la banca de más de 150.000 millones de euros. Y varias entidades han logrado detener la caída del First Republic Bank.
En Europa, las noticias sobre Credit Suisse -cuyos problemas, muy diferentes a los de SVB, comenzaron en 2014- no han ayudado a calmar los ánimos. Pero el rescate de 50.700 millones de euros de la entidad suiza ha contrarrestado los peores presagios. Los bancos europeos son lugares seguros para los ahorradores... pero los depósitos siguen sin ofrecer una protección suficiente frente a la inflación -que todavía es un problema de primer orden-.
Así que alternativas de bajo riesgo, como el ladrillo de toda la vida, ofrecen un alivio para los depositantes. Y una buena manera de diversificar las inversiones. Con Urbanitae, la inversión mínima es de solo 500 euros. Una participación que convierte al inversor en accionista -o financiador- de grandes proyectos inmobiliarios por toda España. Y sin costes ni comisiones de ninguna clase. Parece un momento idóneo para darle una oportunidad...
REALIZADO POR ECOBRANDS
Este contenido ha sido elaborado por EcoBrands, unidad Branded Content de elEconomista.es para Urbanitae.