
Hablar de entablar relaciones con Rusia mientras la guerra en Ucrania se prolonga es difícil de justificar. Sin embargo, llegará el día en que Putin ya no esté en el poder y Europa tenga que volver a comprometerse. Rusia seguirá estando en la frontera oriental de la UE. No tratar con ella no es una opción si se quiere lograr una coexistencia pacífica.
En términos más generales, la necesidad de comprometerse políticamente con los no afines va más allá de Rusia y ha adquirido mayor relevancia en un mundo cada vez más polarizado. La tentación es siempre hablar con los que piensan y actúan como nosotros, pero es precisamente con los que piensan y actúan de forma diferente con los que el compromiso es más necesario, para hacer frente a esta polarización. Encontrar una base común es crucial para tratar los bienes públicos globales, como un sistema de producción de energía menos contaminante. Pero el compromiso político y el deseo de sentar a todo el mundo en la mesa de negociación global no son lo mismo que la cooperación económica, y ciertamente no son equivalentes a la dependencia económica.
Conceptos por diferenciar
La invasión rusa de Ucrania ha dejado muy claro que los países de Europa habían confundido la necesidad de cooperación política con la dependencia económica. El principio de comprometerse con Rusia como forma de tratar al país políticamente se equiparó con una excesiva dependencia energética sobre la que se construyó un modelo industrial. Mientras la UE lucha por desvincularse de la energía rusa, los países europeos deben aprender a diferenciar ambos conceptos.
El compromiso político, especialmente con los que piensan de forma diferente, va a seguir siendo esencial. Por ejemplo, una estrategia de protección del clima nunca se llevará a cabo si los países actúan solos o se limitan a hablar únicamente con los que piensan como ellos. Del mismo modo, la vía política es la única alternativa real a las agresiones que amenazan la paz. Ahora bien, si la cooperación política y la económica son nociones que se refuerzan mutuamente, no son lo mismo. Los factores que aumentan la resistencia de los sistemas económicos son muy diferentes de los que conducen a la cooperación política. Una unidad económica, ya sea una empresa o un país, debe preocuparse por los precios y los costes, tanto como por la continuidad del negocio.
Por ello, la diversificación tanto de proveedores como de clientes es crucial para lograr resultados sostenibles en el tiempo.
Vulnerabilidad innecesaria
Depender de un solo tipo y fuente de energía es una vulnerabilidad innecesaria que pone en riesgo la continuidad económica. La diversificación es un buen principio económico, sin necesidad de invocar motivos políticos.
La solución de los problemas mundiales requiere más, no menos, compromiso. La narrativa y las acciones que siguen deben ser lo más inclusivas posible, o podrían hacer descarrilar la lucha contra el cambio climático y la paz mundial.
Pero mientras esto sucede, el crecimiento económico no puede basarse únicamente en las relaciones con las que los gobiernos se comprometen políticamente.
Se necesita un sistema económico robusto que pueda soportar choques de cualquier naturaleza, incluida la política. Esto es de sentido común económico.
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