Opinión

¿Hasta dónde escalarán los tipos de interés?

  • Manuel Alejandro Cardenete, catedrático de Economía de la Universidad Loyola

Nadie podía imaginarse tan solo hace unos meses, cuando las previsiones económicas eran tan optimistas para el año 2022 y la proyección del 2023, que la invasión rusa a Ucrania provocaría un efecto dominó a nivel mundial, situándonos en una previa a una recesión económica del mismo nivel. Es cierto que los factores que están provocando, o que van a provocar esa previsible recesión mundial, también vienen explicados por cuestiones del pasado que incluso nos podríamos remontar a la crisis financiera iniciada en el 2009. La escalada de los tipos de interés responde a un cúmulo de factores. En primer lugar, la cantidad de oferta monetaria que se puso en circulación para amortiguar la crisis financiera de inicios del siglo XXI y que no ha sido absorbida por la economía y ahora vamos a tener que hacer la digestión de la compra masiva de deuda pública por parte de los bancos centrales así como el descenso de los tipos de interés, incluso a niveles negativos, como el euríbor en Europa. Todos sabíamos que era un espejismo y que más tarde o más temprano terminaría por desaparecer.

Si la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 frenó la economía en seco y el arranque post pandémico ha provocado un desajuste entre la demanda y la oferta, tanto en términos de materias primas como de energía, a esto hay que sumar la cantidad de dinero que hay en circulación y, ante la escasez de productos manufacturados y de energía, la inflación, a nivel casi mundial, está descontrolada.

Esta misma semana veíamos los datos para España, por encima del 10%, y también los datos de EEUU, por encima del 8%, y lo que en principio parecía un desfase coyuntural en los precios, o así nos lo querían vender, estamos observando que se está convirtiendo en un problema estructural y que las reacciones de los bancos centrales subiendo el tipo de interés, aún no han provocado los efectos deseados. Porque no nos engañemos.

"No existe ninguna fórmula mágica para controlar los precios que no sea con la política monetaria"

No existe ninguna fórmula mágica para controlar los precios que no sea con la política monetaria y más concretamente con el cierre del grifo de la financiación de la deuda pública y con la subida de los tipos de interés de intervención. A menor dinero en circulación los precios tienden a relajarse pero eso va lógicamente unido a una paralización de la economía. Es decir, lo que arreglamos a niveles de inflación, lo estropeamos a niveles de crecimiento y por supuesto también de empleo.

Estamos asistiendo a una escalada de tipos de interés de intervención por parte de los bancos centrales para intentar frenar la hiperinflación, que se está cronificando en algunos países. Los Estados Unidos ya está barruntando la posibilidad de subir sus tipos de interés, por parte de la Reserva Federal, hasta un 4%. El Banco Central Europeo ya ha subido a 1.25% y todos los analistas tienen descontado la posibilidad de acercarnos al 3%. Algún que otro país europeo como Noruega, que tiene banco central propio, ya ha subido el tipo de interés de intervención al 1.75%.

Efectos

En definitiva, esta escalada de subida del precio del dinero, ya empieza a tener sus efectos sobre las familias y también sobre las empresas. En el caso de Europa, el tipo de interés por el cual los bancos comerciales se prestan el dinero, el Euríbor, no deja de escalar posiciones. Y en todas las revisiones de los préstamos hipotecarios que se están realizando en estos días, los usuarios estarán observando cómo la cuota mensual crece en algunos casos hasta algunos cientos de euros.

Asimismo las empresas estarán viendo cómo la negociación de sus pólizas de créditos se está haciendo imposibles. Esto va a provocar, el frenazo en la producción empresarial y también en un descenso en el consumo. Por lo tanto tendremos una caída en la oferta agregada y también en la demanda agregada, respectivamente.

"La escalada de tipos va a implicar la imposibilidad de salir de la doble recesión, la financiera y la sanitaria"

El problema es que, siendo irreal el escenario en el que hemos estado viviendo desde hace más de 15 años, la escalada en los tipos de interés va a implicar la imposibilidad de salir de la doble recesión, la financiera y la sanitaria, de forma holgada. Muy al contrario, el escenario que se dibuja es de una ralentización en los crecimientos del PIB y en muchos casos el llegar a tener tasas de crecimiento del mismo negativas, por lo que prácticamente todos los países industrializados pueden entrar, de hecho alguno ya ha entrado, en una recesión técnica al tener PIB negativos durante dos trimestres, como los Estados Unidos.

De nuevo necesitamos coordinación para atajar este problema. Decisiones unilaterales de los gobiernos no son la vía. El problema es global y sistémico. Esperemos que la experiencia de la COVID-19 en la coordinación sirva para frenar o amortiguar esta nueva crisis. No está siendo nada bueno el siglo XXI.

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