No se puede decir que al presidente del gobierno español y doctor en Economía, Pedro Sánchez, le falte cierta creatividad. Quiso crear la palabra cogobernanza, concepto que es imposible que pueda existir. También la palabra topar, que según él pretendía aludir a un tope, en este caso al del precio del gas... Como decía mi madre y muchísimos padres y madres de esa época, la ignorancia es la madre de todos los atrevimientos.
Y tal vez por ello, salvo que sea con alevosía, se habla rotundamente de la singularidad ibérica relativa al gas y además se señala la cuantía concreta de ahorro que ésta produce con una exactitud sorprendente. Economía ficción.
También se precisa ahora con una exactitud de décimas cuánto bajará la inflación por las medidas expuestas por Pedro Sánchez este sábado día 25 de junio para tratar de paliar la inflación salvaje que nos ha sobrevenido y que vamos a padecer. Economía ficción. En Economía existe el Caos determinístico, eso es indiscutible, y nunca se puede soslayar.
A los economistas de las televisiones y las radios les parece todo estupendo y dan su aquiescencia a todas estas aseveraciones increíbles. Pues ya vimos que estos pseudoexpertos tuvieron la misma postura cuando se decía que una subida del salario mínimo interprofesional iba a provocar un destrozo en la economía. Y que incluso se iban a paralizar las contrataciones de trabajadores y a despedir a algunos de ellos, lo cual era suscrito también por Antonio Garamendi y además por el Banco de España.
Por tanto, después de ver todo esto, y por citar tan sólo algunos ejemplos, se puede llegar a pensar que en estos momentos existen suficientes motivos para decir que vivimos una economía ficción 'made in Spain' que desvirtúa todo y pervierte la realidad ocasionando una confusión de confusiones.
A ver si ya empezamos a tomar medidas tendentes a crear riqueza de verdad por parte de las administraciones. Y que las empresas puedan competir en los mercados con criterios empresariales en lo relativo a su gestión para poder salir de la recesión y, tal vez, de la depresión económica que se nos viene encima.