Opinión

No podemos seguir así

Que el sistema fiscal español hace agua es algo que ningún estudioso puede negar. Para mostrarlo basta con un dato elocuente: entre el 80 y el 90% de la recaudación a través del IRPF sale de los bolsillos de los asalariados mientras el conjunto de esas rentas salariales apenas llegan al 45% del PIB. En otras palabras, los asalariados pagan por medio del IRPF en torno al doble de lo que les correspondería apoquinar.

Pues bien, con la pandemia, la cosa ha empeorado. Los españoles consiguieron ahorrar el año 2021 34.000 millones de euros, a pesar de que percibieron en sueldos 2.246 millones de euros menos que antes de la pandemia y de que tuvieron que pagar en IRPF un total de 7.714 millones de euros más que en 2018.

Según datos del INE recogidos por Funcas en su Cuadernos de información económica, la renta disponible de los hogares creció un 2,2% interanual en 2021, pero este aumento no fue suficiente para recuperar todo lo perdido en el año de la pandemia. Sólo se ha recuperado un 42% de lo que se perdió y además hay diferencias importantes en función de dónde procede la renta.

Los asalariados ingresaron en 2021 un 0,4% menos que en 2019. Es decir, 2.246 millones menos en 2021 respecto a 2019. Y la brecha con 2019 sería aún superior si no se tuvieran en cuenta los sueldos públicos, ya que precisamente son los que más han crecido en 2021. Los sueldos públicos fueron en 2021 un 9,4% mayores que los que percibieron en 2019 y las prestaciones sociales fueron un 15% más altas de las percibidas en 2019.

Según María Jesús Fernández, economista de Funcas:

"La recuperación de las renta de los hogares españoles procedió en gran medida de las remuneraciones salariales pagadas por las Administraciones Públicas, así como de las prestaciones sociales, partidas ambas que registraron un incremento notable con respecto a 2019".

De hecho, las rentas de los hogares en 2021 no llegaron a las ingresadas en 2019. Sin embargo, lo que esos hogares pagaron en concepto de cotizaciones sociales e impuestos sobre la renta y patrimonio se situaron por encima de las cifras de 2019. Las cotizaciones sociales fueron superiores en 11.329 millones; los impuestos sobre la renta pagados (vía IRPF) se incrementaron en 7.714 millones.

A pesar de eso, los españoles fuimos capaces de ahorrar: los hogares acumularon 34.000 millones de euros en ahorro, que se suman a los aproximadamente 60.000 millones que se habían ahorrado en 2020.

En resumen, los pagos por impuestos sobre la renta y el patrimonio se incrementaron un 43%. Así pues, todo el mundo ha perdido dinero durante la pandemia menos el Estado, que a través de impuestos tan injustos como el IRPF, que cobra como "renta percibida" hasta un piso que le cedes a un hijo tuyo. Daré un dato personal: doné a mi hijo la mitad de un piso en Madrid y me cobraron vía renta 23.000 euros en impuesto del IRPF, como si esa donación hubiera entrado en mi bolsillo. Un atraco sin piedad cuyo perpetrador tiene un nombre: Cristóbal Montoro.

En resumidas cuentas: el sistema fiscal español se ha convertido en una tomadura de pelo para los españoles (salvo para Irene Montero y sus "enemigos", los ricos de este país).

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