
Las subidas de tipos que ya estima el mercado para la eurozona llevarán al euribor a escalar al 1,5% a finales del próximo año desde el -0,5% con el que finalizó el pasado ejercicio.
Este incremento hará que el esfuerzo financiero para sufragar la hipoteca suba desde el 33,4% de los ingresos del hogar hasta un 36,6% al cierre de 2023. En este contexto es comprensible que muchos prestatarios opten por cambiar a créditos a tipo fijo para tener al menos certidumbre sobre lo que deben abonar cada mes. Pero esta estrategia no servirá para reducir la mayor carga que para las familias supondrá la hipoteca. Es claro el impacto perjudicial que esto provocará en el consumo interno, que ya dio muestras de debilidad al contraerse un 3,7% en el primer trimestre del año.