Opinión

El hundimiento, o algo más que la ley D'Hondt: ¿qué hay detrás de la debacle del Partido Popular en las elecciones?

  • La debacle del PP puede leerse como el "fracaso del proyecto Aznar"
  • Dirigentes populares temen que el sorpasso de Cs se materialice el 26-M
Valoración de resultados en Génova. Foto: Efe

Si tuviera que definir en una frase el resultado electoral del 28 de abril habría que decir, y parodiando a Albert Rivera, que las urnas nos han deparado una noticia buena, otra mala y una sorpresa anunciada.

La noticia buena es que la repetición de las elecciones ha quedado descartada. El PSOE podrá gobernar con relativa comodidad e, incluso, sumaría con Ciudadanos una mayoría amplia que daría esa estabilidad que España necesita para afrontar el debate territorial y la desaceleración económica que se avecina.

La mala es que el problema catalán no se ha resuelto. El fuerte avance de ERC y el sostenimiento de los JxCAT de Puigdemont muestran la pujanza del nacionalismo, abren la puerta a los indultos y abren un nuevo frente en el País Vasco animado por el avance de Bildu y PNV.

Y la sorpresa, no por la derrota sino por la magnitud de la debacle, es el hundimiento del PP. Un fracaso sin paliativos del que muchos en las filas populares responsabilizan sotto você y por igual a José María Aznar, "que fue quien diseñó el proyecto", y a la "imprudente e inexperta" elaboración de las listas electorales y el mensaje de campaña de la actual dirección del partido, que debería asumir la responsabilidad de sus "errores impagables".

Cierto es que la enrevesada aritmética de la Ley D'Hondt ha castigado la división del centro derecha y que Pedro Sánchez va a seguir en la Moncloa con la ayuda inestimable de la irrupción de Vox, por cierto menor de lo esperado. Pero la Ley D'Hondt es sólo un factor más del hundimiento y, probablemente, no el más relevante.

Las causas de la derrota histórica

Las heridas abiertas en el congreso extraordinario de julio, que siguen sin cerrarse; la ceguera irresponsable tras el resultado de Andalucía, donde ganó la abstención del PSOE y no el voto del PP; la gestión de la cuestión catalana, que entregó el espacio político a sus competidores del centro y la derecha; la pésima gestión de Cospedal como secretaria general, que hundió las sedes provinciales del PP; y la falta de consistencia del mensaje de regeneración de Casado y de su equipo son algunas de las causas que apuntan algunos de los destacados e históricos dirigentes populares, de los que se fueron y de los que siguen.

El único consuelo al que se aferran es que al menos no se produjo el temido sorpasso de Ciudadanos, aunque estuvo cerca. Sin embargo todos ellos temen que se pueda producir en las municipales y autonómicas de mayo. En Madrid ya se han puesto por delante y el PP sale ahora a jugar con el estigma de los perdedores y eso, recuerdan, tiene un coste.

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