Opinión

Caída del petróleo: ¿Coyuntural o estructural?

Desde hace dos meses el precio del petróleo viene descendiendo. La caída no responde a un mero ajuste del mercado, pues el descenso es de un 33 por ciento. Para los bolsillos de los españoles, así como para nuestra economía, esto supone un alivio. Lo hemos observado en el descenso de la evolución de los precios de la cesta de la compra, la caída en el aumento de precios pasa del 2,3 por ciento al 1,7, pendiente este último dato de confirmarse a mediados de diciembre.

Detrás, como el Instituto Nacional de Estadística exponía, se encuentra la caída de los combustibles además de los precios de la electricidad. Para un país dependiente al cien por cien del crudo los descensos son un impulso a la balanza comercial y, además, aumentan las posibilidades de consumo o ahorro a familias y empresas. Para todos aquellos que seguimos los mercados del crudo, tanto esta semana como la próxima resultan de gran interés.

La primera de las citas donde se hablará del mercado del petróleo será en la reunión del G-20, que tiene lugar durante el fin de semana. Aunque es cierto que la mayor atención la acapara la reunión entre los líderes de EEUU y China; la presencia de Rusia y Arabia Saudí inevitablemente conducirá a que ambos países saquen el tema del descenso producido y, seguro, comentarán la posibilidad de llevar a cabo nuevos recortes en la producción.

El presidente Trump ha manifestado varias veces que no quiere un crudo al alza, por ello siempre se ha opuesto a recortes en la producción

La visión de llevar a cabo recortes para detener el desplome de los precios e impulsarlos al alza chocará con la del mandatario norteamericano. El presidente Trump ha manifestado varias veces que no quiere un crudo al alza, por ello siempre se ha opuesto a recortes en la producción. La visión del presidente responde a que unos precios altos de combustible impulsarían la inflación en EEUU y, por tanto, alentarían a la Fed a subir sus tipos de interés, algo que Trump no quiere que se produzca. Sin lugar a dudas la economía es la mejor carta de presentación del controvertido presidente, así como la evolución de los índices bursátiles. Esta misma semana hemos visto la subida de los índices de Wall Street en el momento en que el presidente de la Fed atemperaba la subida de los tipos de referencia.

La pregunta que cabe hacerse es si la OPEP será capaz de doblegar el movimiento bajista que experimenta el precio del crudo o, si por el contrario, será incapaz de hacerlo

La segunda de las citas, y última cita del año, tendrá lugar el día 6 diciembre. Ese día los países pertenecientes a la OPEP llevarán a cabo una reunión en la que la palabra "recorte" será la protagonista. Arabia Saudí, probablemente el país con mayor peso en esa organización, quiere detener la caída del precio del barril. Esa razón es la que llevará al país árabe a negociar una reducción conjunta de la extracción por parte de los países englobados en la organización.

La pregunta que cabe hacerse es si la OPEP será capaz de doblegar el movimiento bajista que experimenta el precio del crudo o, si por el contrario, será incapaz de hacerlo. Vaya de antemano que estoy entre los que piensa que la banda de cotización sería la de entre 40 o 50 dólares por barril dependiendo de la referencia que se tome. Son varios a mi juicio los elementos que parecen indicarlo así.

La OPEP, desde que Estados Unidos mermó sus reservas tradicionales, se convirtió en un cártel importante que controlaba, en mayor o menor medida, el precio del oro negro. Sin embargo su papel hegemónico se rompió con la llegada del petróleo no convencional, el esquisto.

Hoy EEUU compite con Arabia Saudí en la extracción y puesta en comercialización del preciado mineral. La economía número uno ha dejado de depender de las importaciones y hoy no solo se abastece sino que su capacidad le da para exportar. Esto ha convertido a la OPEP en un referente importante pero no hegemónico, por lo que la visión de EEUU sobre este asunto resulta muy importante.

Como comentaba anteriormente, la administración americana no quiere un precio alto, dañaría la situación económica de EEUU al presionar la inflación. Trump está preocupado, lógico, por el actual sesgo alcista de tipos de interés de la Fed.

Las petroleras van a seguir sacando todo el petróleo que puedan siempre que el precio esté por encima de su coste de extracción y financiación

Hoy el avance tecnológico permite extraer petróleo de esquisto a precios bastante competitivos, especialmente en alguna de las grandes extensiones de esquisto con las que cuentan los norteamericanos. Es por ello que la OPEP se encuentra con la determinación de la actual administración americana. Las compañías americanas no van a ralentizar su producción. Las petroleras van a seguir sacando todo el petróleo que puedan siempre que el precio esté por encima de su coste de extracción y financiación, lo harán dado que la era del petróleo como fuente principal de energía tiene los días contados. Hoy sigue siendo la fuente energética principal, sin embargo somos conscientes de estar en la cuenta atrás de su importancia.

Ese es otro de los desencadenantes del desplome. A pesar de los vetos al crudo iraní, los países de la OPEP y Rusia suplen con abundancia, sobreabundancia, la falta de las exportaciones iranís. Además la estimación realizada por la OPEP sobre las necesidades de petróleo han sido sobredimensionadas. La actividad de prácticamente todos los países se desacelera, la clave son las restricciones comerciales y una soterrada guerra de divisas de China y EEUU con las consecuencias que acarrea para el resto del mundo. Las nuevas reservas, el otrora papel hegemónico de la OPEP, las necesidades de los productores de aprovechar el momento, son causas estructurales; la desaceleración es coyuntural.

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