Antes de nada, me gustaría aclarar que nosotros recomendamos invertir en materias primas (vía ETFs) antes de que se produjera esta subida. Digo esto para que nadie piense que lo que escribo a continuación es una justificación por no haberlas recomendado. Es habitual entre analistas, gestores o asesores "atacar" verbalmente un activo porque se han perdido la revalorización (y están deseando que baje).
Evidentemente no lo hicimos porque tuviéramos una visión y previéramos que Putin invadiría Ucrania. Fue como inversión per se y como protección contra la inflación. De hecho, hace tiempo que rotamos las carteras para adaptarnos a un entorno de mayor inflación - eso sí que lo vimos venir -, dentro de una estrategia que llamamos, de forma bastante poco original, "La Gran Rotación". Luego nos dimos cuenta de que lo que habíamos hecho de cara a protegernos contra la inflación, o sacarle partido, nos daba cierta protección si Putin decidía invadir Ucrania. Pero fue la consecuencia, no el origen de la idea.
Aclarado todo esto, es hora de avisar a los inversores del riesgo que supone "entrar" ahora en un activo, las materias primas, que ha sufrido un "calentón" de los que harán historia. Y que se trata de un mercado muy diferente al que están acostumbrados. Esto no es el S&P 500 o el EuroStoxx 50.
Antes de hablar del mercado, es importante recordar que la experiencia demuestra que subirse a cualquier mercado que está híper caliente o vender en uno que está súper deprimido son errores muy graves. Y el de materias primas no solo está híper caliente: es que no había estado igual desde los años 70.
Qué duda cabe que el aislamiento económico de Rusia mantendrá alto el precio de las materias primas durante mucho tiempo. Pero sería un error descartar la posibilidad de que se produzcan eventos que provoquen una corrección importante en los precios.
En primer lugar, no se puede descartar algún tipo de alto al fuego o negociación, una vez que Putin haya conseguido una posición fuerte desde donde negociar con ventaja. Tener rodeada la capital y las principales ciudades, así como haberse hecho con sus objetivos territoriales (el Donbás y Crimea) y haber "desmilitarizado" Ucrania (aniquilando gran parte de su ejército) puede ser una buena posición inicial para negociar. Y seguramente en la mente de alguien así los civiles atrapados en las grandes ciudades se pueden intercambiar por reducción de sanciones.
Además, todo el mundo da por hecho que Rusia está capacitada para llevar a cabo una guerra larga. A lo mejor Putin también. Pero tampoco debemos descartar que la hiperinflación, la falta de piezas de recambio para cualquier producto occidental, la marcha atrás tecnológica acelerada y la depresión económica le animen a sentarse a negociar. Los 20.000 millones de dólares que le cuesta cada día la invasión también podrían ayudar. Especialmente en un entorno de sanciones cada vez más duras.
En cuanto al precio del petróleo, un dato: ahora mismo la OPEP podría incrementar su producción en 4 millones de barriles diarios, lo que compensaría en gran medida los 4,3 millones que exporta Rusia a Occidente. Podrían hacerlo países teóricamente aliados, como son Arabia Saudí, Emiratos e Irak. También se necesitaría a Irán y Venezuela, que no son precisamente amigos de Occidente, pero que estarían encantados de poder vender más.
Qué duda cabe que no tenemos los mejores políticos de la historia y ciertamente podrían ser incapaces de convencer a los dirigentes de estos países. Pero los políticos se van a ver presionados por los votantes. La excusa de que la culpa es de Putin durará lo que los ciudadanos tarden en caer en la cuenta de que el problema han sido lo poco previsores que han sido los políticos, especialmente los europeos, que decidieron depender tanto de alguien como Putin.
Por otra parte, quien está comprando ahora materias primas tiene que saber qué está entrando en un mercado habitualmente muy manipulado y en muchos casos poco líquido. Que, además, se caracteriza por su altísima volatilidad. Muchas de las ruinas que se han producido entre inversores y especuladores han sido en el mercado de materias primas. También fortunas, pero esos no fueron inversores que entraron después de una subida de esta magnitud.
Más que invertir directamente en materias primas, que han descontado o están cerca de descontar el peor de los posibles escenarios, es interesante plantearse quienes son los beneficiarios a medio plazo del aislamiento económico de Rusia. Hay mercados bursátiles que se pueden beneficiar de esto. También se puede apostar contra el precio de los bonos: si algo está claro es que la inflación no volverá a ser "temporal", como decía Lagarde. Y que en cuanto vuelva cierta calma, los bancos centrales tendrán que emplearse a fondo. Y por supuesto es interesante aprovechar la caída de las bolsas. En estas caídas es dónde surgen las mejores oportunidades.