Opinión

¿Alguien se ha dado cuenta de que le van a subir el tipo de interés del crédito?

Como los economistas mediáticos han insistido tanto en que vivíamos en un régimen de "represión" financiera como consecuencia de la bajada de los tipos de interés, la subida de tipos que viene les suena bien a inversores y ahorradores. Libertad siempre suena mejor que represión. Pero un análisis más detallado revela una realidad bien distinta y un grave error en aquella definición.

En realidad el fin de la "represión" hace polvo a muchos ahorradores, empezando por los que tienen fondos de inversión y planes de pensiones de renta fija, que han visto como en sólo tres meses el valor de sus fondos caía entre el 2% y el 4%. Y lo que les queda, porque el cambio de tercio del BCE solo acaba de empezar.

Pero si hay una forma popular de ahorro conservador en España, esa es la compra de "pisos". Y en la mayoría de los casos parte de la inversión se realiza con financiación externa, es decir, pidiendo un crédito. Quienes tienen fondos de renta fija ya se han dado cuenta de que vivían mejor con la represión que con la liberación. Los que no se habían dado cuenta son los que han invertido en "ladrillo" apalancándose en un crédito a tipo variable.

Debe ser que los economistas mediáticos tienen todos sus ahorros en cuentas corrientes y depósitos a corto plazo, qué es lo único que se beneficiará algún día (que esperen sentados) de la libertad financiera. Y es curioso, porque eso va contra todas las teorías de inversión eficiente y rentable. Y contra la realidad empírica, puesto que, a largo plazo, siempre ha sido mucho más rentable para el ahorrador conservador invertir en una mezcla de renta fija y sector inmobiliario que dejar el dinero en una cuenta corriente. Y mucho mejor todavía si puso un poco de dinero en fondos de renta variable. Los economistas que se quejan de la represión financiera no deben ser buenos gestores de patrimonio, especialmente de cara a la jubilación, porque nadie ha conseguido una jubilación satisfactoria "invirtiendo" en cuentas corrientes.

Antes de seguir, conviene aclarar algunas cosas: una, que existe una relación inversamente proporcional entre los tipos de interés de los bonos y el precio de los mismos. Cuando suben los tipos de interés, baja el precio de los bonos (como se ha podido comprobar en estos meses). En segundo lugar, que la libertad financiera viene con la subida de los tipos de interés, lo cual hará que suba el Euríbor en anticipación a la subida de tipos oficial, que probablemente inicie el BCE a finales de año. En tercer lugar, que la subida del tipo de interés en el mercado de los bonos presiona al alza el tipo de interés de los créditos a tipo fijo.

Y no estamos hablando del "chocolate del loro". Si el propio Banco Central Europeo piensa que la inflación será superior incluso al 2% en los próximos años, como mínimo tendrán que acercar dicho tipo oficial a ese 2%. Si subiera los tipos por ejemplo al 1,50% es un 1,90% por encima de cómo están ahora (ahora son negativos en un –0,40%).

Y no les quiero decir si al final les fallan las previsiones – algo nada extraño - y entramos en un periodo de relativamente alta inflación, por ejemplo en el entorno del 3% o 4%. En ese caso el BCE tendrá que apretar para bajarla al 2%, que es su objetivo de estabilidad de precios. Si eso ocurre, mucha gente irá a buscar a sus casas a los que decían que la libertad financiera era como el maná o algo así.

No tengo la menor duda - ni la tenía antes, por eso he insistido en varias ocasiones al respecto – que si los costes no son muy elevados merece la pena convertir el crédito a tipo variable en crédito a tipo fijo ahora que el fijo todavía es razonable. El problema es que los bancos sabían que ellos eran los auténticos beneficiarios del fin de la represión financiera. Para ellos si que es como el maná. En forma de actualización y mejora automática de su margen financiero (cobran más por los créditos existentes y futuros). Y como no se tragaron el clickbait de la represión financiera, tuvieron buen cuidado en poner comisiones para el caso de el cliente decidiera abrazar la libertad.

Aún así, insisto, en términos generales pienso que si esa comisión es baja o negociable debe valorarse la posibilidad del cambio. Yo no creo que en Europa vayamos a tener una altísima inflación, pero tampoco estoy de acuerdo con lo que decía Lagarde de que volveremos a una inflación similar a la que había antes de la pandemia. "No way", como dicen los americanos: el riesgo está al alza.

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