
China suele recordar a los inversores su singularidad. En su mayoría han sido sorpresas positivas. De hecho, China puede representar el futuro de la inversión. Ahora bien, es un futuro sembrado de potenciales baches para los no iniciados como Evergrande vuelve a demostrar. Tanto es así que últimamente los shocks han dejado dolorosamente claro que no es una inversión para un enfoque pasivo de "comprar y olvidar", entre otras cosas porque comprar un índice hace imposible separar lo malo de lo bueno.
Efectivamente, el índice MSCI China ha caído más de un 30 % en dólares desde los máximos de febrero. Entonces el mercado estaba entusiasmado con la capacidad de China para superar la pandemia y aprovechar la recuperación global. Beijing había hecho un trabajo estelar en sacar a su economía del fuerte declive por la crisis sanitaria y la economía China había sido primera entre las mayores en recuperar con creces sus niveles previos, en la mayoría de dimensiones económicas. Más aún, ya había probado su capacidad de recuperación tras la Gran Crisis Financiera Mundial hace una década.
Pero en los últimos meses Pekín ha tomado medidas enérgicas contra el sector tecnológico y contra las empresas chinas que cotizan en el extranjero. La primera señal de problemas llegó a finales de 2020 cuando el gobierno chino frenó una oferta pública inicial récord de acciones por valor 35.000 millones de dólares de Ant Financial y su doble cotización en Shanghái y Hong Kong, pocos días antes de que se completara. Le siguió una mayor presión regulatoria de las tecnológicas, que busca disminuir sus poderes monopólicos.
El caso es que incluso los inversores en acciones chinas mediante índices de mercados emergentes han sufrido. Hay que tener en cuenta que el tamaño de la economía china y la creciente madurez de su mercado lo convierten en un gigante en el universo de emergentes. Sus acciones ya representan 35 % del índice MSCI Emerging Markets. Además, tras incorporar acciones "A" desde 2019, que cotizan en el mercado nacional, la ponderación ha ido aumentando. El mayor peso de las acciones de China continental también se debe del éxito de Stock Connect, que permite a los inversores extranjeros negociar valores que cotizan en Shanghái y Shenzhen en la Bolsa de Hong Kong, un mercado que puede llegar a rivalizar con Wall Street. Estas acciones "A" han sido una apuesta relativamente más segura, con fuertes flujos de inversión. Pero incluso el mercado doméstico relativamente más seguro de acciones "A" chinas se ha visto sacudido por las recientes turbulencias.
Ahora bien, aunque la apertura del mercado de valores de China continental a inversores extranjeros ofrezca un enorme potencial, la exposición a través de productos pasivos e indexados es una mala elección. Implica estar atrapado en la ponderación del proveedor de índices.
Por el contrario, es necesaria una adecuada comprensión del clima político de China y de otros factores igualmente importantes. El primero es la gobernanza. El mercado chino tiene criterios regulatorios muy diferentes para sus empresas en comparación con mercados más desarrollados. Así, mientras que las empresas chinas "H", que cotizan en Hong Kong o los American Depository Receipts (que representan acciones de una compañía extranjera). en Nueva York, tienen que cumplir estrictas reglas de gobernanza, los accionistas en acciones "A" de China continental tienen una protección legal significativamente menor. Además, las acciones "A" presentes en los índices MSCI son predominantemente financieras, siendo vulnerables al alto nivel de apalancamiento empresarial en China, así como industriales, es decir, de la vieja economía. A ello se añade que las suspensiones de cotización son rutinarias en acciones "A", pues es relativamente fácil para estas empresas suspender su negociación en períodos de hasta seis meses. De hecho, la mitad de las compañías con acciones "A" suspendieron su cotización en 2015, durante un episodio severo de turbulencia en el mercado de valores.
El caso es que el detalle es determinante. Hay que tener en cuenta que economía china se enfrenta a un reequilibrio significativa, en transición de crecimiento económico a "la prosperidad común". Hay que hacerse preguntas del tipo, ¿está el gobierno Chino centrando sus esfuerzos en la demanda interna o en las industrias de exportación? ¿Es el mecanismo principal creación de crédito no financiero el gasto estatal? Esto es importante para los inversores en acciones de mercados emergentes, incluso para los que no tienen exposición directa a acciones chinas y es particularmente cierto para los invierten en fondos indexados, dadas las fuertes ponderaciones de China en los principales índices de referencia del mercado. El mercado continental de China está particularmente mal adaptado para la inversión pasiva en índices –por defecto de muchos inversores en mercados emergentes-.