El terremoto que el plan de choque del Gobierno ha provocado en el sector energético no se limita a los daños que ya sufren las eléctricas, por la bajada en sus perspectivas de beneficios, y sus accionistas, por el recorte entre el 5-6% que se aplicará a los dividendos.
El Ejecutivo, además, deja por completo en entredicho la credibilidad de su estrategia de transición hacia una economías más verde, tal y como está expuesta en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Debe recordarse que medidas como la confiscación de los supuestos beneficios extra de las eléctricas afectan directamente a la generación libre de emisiones de CO2. Son estas fuentes de energía las que, de acuerdo con el Ejecutivo, han reportado ingresos desproporcionados, tras ver sus precios distorsionados por el hecho de que el gas ha impuesto su cotización, ahora en máximos, en el mercado mayorista eléctrico. Ésta es una situación con la que todos los inversores en renovables se topan en nuestro país sin que tengan capacidad alguna de cambiarla. El Gobierno, sin embargo, cierra los ojos a esa realidad y, por decreto, abre la puerta a intervenir sus cuentas de resultados. La inseguridad jurídica generada, sin duda, disuadirá la llegada de nuevas inversiones a un sector que, desde hace meses, atraía a los principales fondos internacionales. Pero, además, el cambio de reglas afecta a los contratos ya firmados, muchos de los cuales abocan a pérdidas, ya que las coberturas de riesgo que prevén son ahora inútiles, lo que hará que los proyectos se paralicen.
El plan de choque del Gobierno para frenar el precio de la luz supone un grave perjuicio para la inversión en renovables
El cortoplacismo ha dominado en las decisiones de Moncloa hasta tal punto que esta convirtiendo en inviable su propia estrategia de transición ecológico con horizonte en 2030.
