Opinión

¿Reino Unido necesita ahora más inmigración?

El autor pide firmeza al Gobierno británico para frenar la inmigración

La cadena de restaurantes Nando's podría quedarse sin pollo. Existe el riesgo de que no comamos pavo esta Navidad en Reino Unido. Las empresas cárnicas exigen que les envíen presos para atender sus líneas de producción, mientras que los transportistas insisten en que se contraten más conductores de alguna parte si se quiere que las mercancías sigan circulando por el país. En los últimos días, los fabricantes y las asociaciones comerciales se han puesto cada vez más histéricos en sus demandas de que se permita la entrada de más inmigrantes en Reino Unido para cubrir todas las vacantes.

Pero, esperen: no es momento de que el Gobierno se precipite. Claro, nuestra salida de la Unión Europea significa que se cortó el suministro interminable de mano de obra barata. Y, por supuesto, algunas empresas e industrias que habían llegado a depender de eso van a sufrir mientras la economía se ajusta. Pero los precios globales dejan claro que no hay escasez real. Es cierto que habrá algunos trastornos, pero será mucho mejor para la economía a medio plazo pasar a industrias de mayor valor añadido.

Tomemos como ejemplo el pollo. Nuestra industria avícola nacional se ha vuelto críticamente dependiente de los trabajadores "importados", procedentes sobre todo de Europa del Este y Central. En muchos casos, más de la mitad de la mano de obra procede de otro lugar de Europa, y a veces incluso más. El argumento de la industria es que, sin ellos, se producirá una drástica caída de la producción, y muy rápidamente escasez en las tiendas.

¿De verdad? De hecho, la avicultura es una industria global. Es cierto que el precio mundial del pollo ha subido ligeramente este año, sobre todo por el aumento del precio del grano, la principal materia prima, pero el precio sigue bajando en comparación con 2018 (para quien no siga el precio de las aves de corral minuto a minuto, ahora mismo está a 2,36 dólares por kilo, frente a un pico superior a 2,60 dólares hace cuatro años). Si realmente hubiera escasez de pollo, el precio sería mucho mayor. De hecho, es completamente ilusorio. Es posible que haya un descenso de la producción británica, pero como el Reino Unido sólo es el decimotercero productor mundial, lo que ocurra aquí no es tan significativo. Si hay escasez, podemos importar algunos de los 14 millones de toneladas que se crían en Brasil, o los 2,5 millones de toneladas de Polonia, o los 2,2 millones de Turquía. Y, por tanto, Nando's podrá volver a servir carne a la parrilla con salsa peri-peri.

Lo mismo ocurre con la mayoría de las carnes, y de hecho con muchas otras industrias. Es posible que Reino Unido acabe produciendo menos e importando más de otros países en los que los salarios suelen ser más bajos. No hay nada malo en ello. Tiene más sentido llevar el trabajo a la gente que llevar la gente al trabajo. Lo importante es esto. Está claro que salir de la UE iba a desencadenar algunos cambios estructurales significativos en la economía británica, al igual que la adhesión hace medio siglo a la Comunidad Europea también tuvo sus efectos. Los niveles de inmigración fueron mucho más altos de lo que se previó entonces. Se calcula que había al menos seis millones de trabajadores de otras partes de Europa en Reino Unido, y dado que bastantes pueden haber vuelto a casa durante la pandemia, o bien no se han molestado en solicitar la residencia permanente, pueden haber sido muchos más. Esto supone aproximadamente el 20% de toda la mano de obra, y aunque algunos de ellos están muy cualificados, la mayoría tenían salarios bajos. Surgieron industrias enteras que dependían completamente de eso para que sus negocios fueran rentables.

Claro, todos podemos entender que estén molestos por la pérdida de trabajadores. Es posible que desaparezcan cientos de empresas, y sus propietarios verán cómo merman sus beneficios en el proceso. Eso es duro para las personas afectadas y, como es natural, reivindicarán sus derechos. Las advertencias de desabastecimiento en Nando's y de ausencia de pavos en Navidad, y las peticiones de que los presos ayuden en las líneas de producción, o de que el ejército intervenga para conducir camiones, son síntomas de todo ello. Pero, en realidad, es mucho mejor a medio plazo ajustarse a un cambio en la oferta de mano de obra. En realidad, la inmigración masiva inclinó la economía británica hacia las industrias de bajo valor (producimos mucho más pollo que Alemania, por ejemplo, aunque es un país más grande, y también más que Francia e Italia). Deberíamos dejar que algunas industrias se reduzcan, y volver a centrarnos en otras con mucho más valor añadido por persona, y perspectivas de crecimiento mucho mejores, y, sin quitarle méritos, ése no es el caso del procesamiento de carne. En realidad, el Gobierno debe mantenerse firme frente a las exigencias de flexibilización de los visados.

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Comentarios 1

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ADAM ES-SITH
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ESTUPENDO.

QUIZAS TAMBIEN HAYA QUE RENUNCIAR A RECOGER LAS BASURAS, EMPRESAS CON BAJOS SALARIOS TAMBIEN, PARA CENTRARSE EN LAS DE "ALTO VALOR AÑADIDO".

Y SEGURO QUE HAY MUCHOS OTROS TRABAJOS QUE HACIAN LOS INMIGRANTES, POR SUS BAJOS SALRIOS, Y QUE AHORA EL "FLEMATICO BRITISH" PUEDE QUE NO LO QUIERA . . . . PORQUE PREFIERES LOS DE ALTO VAÑR AÑADIDO (CON SUS MEJORES SALARIOS).

PUES VALE . . .

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#1