Opinión

Resurgimos

Se precisan reformas para otorgar un mayor impulso a nuestra recuperación económica

En pocas semanas hemos pasado de ver las cosas más o menos oscuras y atravesar un túnel que, meses atrás, parecía no tener fin, a que se ilumine la esperanza. La crisis económica de 2008, mejor dicho, la crisis financiera fue puntual pero sus efectos retardados nos castigaron durante bastantes años. Realmente, creo que en 2020 aún arrastrábamos algunos de sus coletazos. De repente, la pandemia nos trituró y la destrucción económica ha sido considerable. A raíz de la crisis de 2008 y concretamente en Europa las respuestas económicas serias tardaron en llegar y hasta que el Banco Central Europeo, a través del ejemplo de la Reserva Federal estadounidense, no empezó a poner en marcha la política monetaria ultraexpansiva, las cosas no se templaron. En esta ocasión, con la crisis económica derivada de la pandemia, las respuestas de nuestro banco central han sido tempranas y eficaces. También las de muchos gobiernos que han cogido el toro por los cuernos a tiempo, protegiendo y tutelando a sus economías, algo que sinceramente en España seguimos echando en falta.

Probablemente, pese a los tremendos impactos que acarrea la crisis pandémica, la capacidad de regeneración económica es mucho más consistente e inmediata hoy que después de 2008 y los años posteriores. Aun cuando los riesgos e incertidumbres estén ahí y los temores a rebrotes pandémicos y a nuevas cepas nos sigan preocupando, el panorama ha cambiado, en pocas semanas, para bien y va calando el optimismo. Cuando julio ya está avanzado, la aceleración del PIB en España se presume superior al 6%. Las expectativas del segundo semestre de 2021 son francamente buenas y si podemos salvar en parte la temporada turística gracias a los visitantes foráneos, con una más intensa actividad comercial y el resurgir de la producción manufacturera, por más que el auge de la demanda crezca más que la oferta y los precios suban, el optimismo irá calando. Sin duda, el grado de avance de la vacunación y el fin a una serie de restricciones que nos han mantenido paralizados tantos meses, suman a favor de la reactivación económica y los indicadores se animan. Sin embargo, será necesario encarar reformas de variada índole para poder imprimir a nuestra economía ese plus de reacción.

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