El informe España 2050 del Gobierno contiene una inquietante previsión sobre el sistema de pensiones. El documento esboza un avance constante del gasto en esta partida, muy factible dado el ritmo de envejecimiento demográfico, hasta equivaler al 16,9% del PIB, seis puntos más que en 2019.
En paralelo, la ratio de trabajadores por jubilado caerá desde los 3,4 actuales hasta 1,7. El Ejecutivo cree que la situación será sostenible aferrándose a su previsión de un alza del 50% de la productividad, pese a que esta variable lleva años bajando y a la pérdida de empleos que la digitalización acarrea en sus primeras etapas. El optimismo de unas previsiones irreales no es la solución que el sistema de pensiones requiere, sino la búsqueda de mecanismos que racionalicen su gasto.