
Los datos de afiliación del mes pasado cumplieron las expectativas del Gobierno de que se superaran los niveles pre-Covid en creación de puestos de trabajo (casi 212.000 más respecto a abril) y en volumen de cotizantes (ya roza los 19,3 millones).
Esta última cifra, sin embargo, incluye las más de 542.000 personas sujetas a Ertes. Siempre resultó muy arriesgado asumir que todos esos asalariados saldrán de los expedientes de regulación para recuperar sus antiguos empleos. Es más, el Ejecutivo ya reconoce que esa situación será imposible para el 30% de los afectados, cerca de 170.000 puestos de trabajo. El impacto que este fenómeno tendrá en términos de tasa de paro puede discutirse. En teoría, es suficiente para elevarla casi un punto, pero todo dependerá del comportamiento de la creación de empleo. Lo que sí puede ya afirmarse es que se cumplen los vaticinios que el Banco de España expresó, ya en marzo, acerca de la pérdida de efectividad de los Ertes a la hora de garantizar el regreso de los afectados a sus puestos de trabajo. El Gobierno matiza que sólo están en esa situación los negocios que arrastraban problemas desde antes de la crisis y no pertenecen a los sectores "ultraprotegidos" que el Ejecutivo delimitó. Con todo, es todavía pronto para descartar daños irrecuperables también en esas últimas actividades.
Está todavía por verse cuál será el porcentaje de afectados por Ertes que lograrán recuperar sus antiguos empleos
Sin duda, la vacunación avanza, pero las ayudas directas aprobadas por el Gobierno siguen, más de un año después de iniciarse la crisis, sin alcanzar a ámbitos como la hostelería, mientras la llegada de las ayudas europeas se retrasa ahora a septiembre. En paralelo, el alza de la inflación plantea nuevos problemas. El impacto real del Covid en el mercado de trabajo está aún por calibrarse.