Opinión

Empresas multinacionales, multiculturales y multidiversas

Diversidad, un valor rentable para las empresas

Contaba Pat Wadors –jefa de recursos humanos de LinkedIn allá por enero de 2017–, que cuando tenía nueve años era muy amante del deporte y seguía a su hermano en las pruebas que realizaba para intentar ser parte de algún equipo deportivo. Su entusiasmo era tal que le llevó a probar –semidisfrazada de niño– y, finalmente, entrar en una de esas formaciones. Hasta que un día los entrenadores se enteraron de que era niña y le dijeron que no podía jugar.

"Como la mayoría de las personas que sienten que no pertenecen, lo acepté y me fui", recuerda Pat. "Pero mis hermanas se enojaron enormemente hasta que el gerente revisó el libro de reglas y accedió a que formase parte del equipo". Pat se convirtió en la única mujer en un equipo de hombres. ¿Diversidad? ¿Inclusión? Sin duda. El problema vino cuando sus compañeros empezaron a burlarse de ella por ser niña, una circunstancia infantilmente cruel que le provocaba enorme tristeza. "A pesar de estar incluida, no sentía que perteneciera", recuerda Pat. Ahora, trabaja infatigablemente para incorporar la "pertenencia" a la conversación sobre diversidad.

La diversidad ha cobrado relevancia internacional. No en vano, el 21 de mayo ha sido declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo a través de su resolución 57/249 de diciembre de 2002.

Según Naciones Unidas, las tres cuartas partes de los mayores conflictos tienen una dimensión cultural. "Superar la división entre las culturas es urgente y necesario para la paz, la estabilidad y el desarrollo. Y es que la cultura, en su rica diversidad, posee un valor intrínseco tanto para el desarrollo como para la cohesión social y la paz", resaltan desde el organismo internacional.

Las empresas multinacionales, especialmente, no son ajenas a este compromiso. Ellas también quieren destacar por ser multiculturales y multidiversas. De hecho, muchas empresas resaltan este compromiso con la diversidad cultural en sus procesos de selección como un elemento más de su responsabilidad social corporativa y, al mismo tiempo, como una herramienta de atracción de talento. Es habitual verlas competir por aparecer en los primeros puestos de los ránquines que se elaboran sobre los entornos laborales que más cuidan la diversidad.

Es el caso por ejemplo de "The 100 Best Workplaces for Diversity", una lista creada por Fortune en colaboración con Great Place to Work, para identificar a las compañías de Estados Unidos con las culturas corporativas más inclusivas. Una de las empresas que suele aparecer en los primeros puestos de esta lista –de hecho, en 2018 ocupó el primer puesto– es la cadena hotelera Hilton, una marca presente en casi 120 países y que podemos considerar como un caso de éxito.

¿Por qué? Como se encargan de destacar en la compañía "de los más de 55.500 empleados que Hilton tiene en EEUU, el 69% pertenece a minorías raciales o étnicas". Preguntado por la estrategia que sigue Hilton en esta materia, su vicepresidente de diversidad e inclusión global, Jon Muñoz, explicaba que la diversidad está "incrustada" en su ADN. "Es importante para nosotros reflejar las comunidades donde vivimos y trabajamos. Estamos en el negocio de las personas, por lo que es importante que seamos receptivos con nuestros invitados, los miembros de nuestro equipo y nuestras comunidades", destaca. Hilton es un claro ejemplo de implicación total de la dirección en el fomento de la diversidad y la integración de su staff. También lo son Cisco, Accenture, Adobe, y Marriot International, entre otras.

Porque contar con la convicción y el empeño de los máximos responsables de la corporación es uno de los siete consejos útiles que Ventosa García-Morato, en su libro blanco "Gestión de la Diversidad Cultural en las empresas" define para garantizar con éxito el requerido cambio cultural. El segundo de estos consejos, según enumera García-Morato, es estar preparado para aprender de las diferencias y similitudes. Como tercer elemento, insistir en que la igualdad de oportunidades no significa "café para todos" –la diferenciación y personalización es la clave para un entorno inclusivo, como por ejemplo en la conciliación, según indica la autora–. Seguidamente, hay que entender que la cultura organizativa marca altos estándares de rendimiento para todos. En quinto lugar, hay que fomentar la comunicación y la colaboración. Asimismo, hay que fijar con claridad la misión y la visión. Y, en última instancia, hay que crear una base de igualdad sólida.

Pero diversidad también equivale a rentabilidad. El informe "Diversity wins", elaborado por la consultora McKinsey, destaca dos aspectos muy interesantes que conviene resaltar: las corporaciones que más se implican en la diversidad de género en su equipo directivo gozan de un 25% más de posibilidades de tener una rentabilidad superior respecto a aquellas empresas menos implicadas en este campo, según el estudio. En el caso de la diversidad étnica, este porcentaje se eleva al 36%.

Decía Pat Wadors que "cuando sentimos que no pertenecemos, perdemos productividad porque perdemos el tiempo preocupándonos por ello. Las minorías pasan del 25 al 30% de su tiempo preocupándose por cómo encajan". No perdamos más tiempo. Hoy es un buen día.

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