Entre las mentiras y disparates que se han visto y oído en la campaña electoral madrileña me resulta de lo más demencial un documento firmado (según ellos dicen) por más de dos mil personas del arte y la literatura que ha vuelto a señalar con el dedo "su ceja", es decir, a favor de la "izquierda progresista", es decir, a favor de Sánchez. Pues, según los firmantes, el próximo 4 de mayo:
"[…] viene a brindar una oportunidad única para la izquierda progresista que no podemos dejar pasar".
Y añaden:
"Esta vez sí es posible conseguir que la derecha, y la ultraderecha, salgan del poder en la Comunidad de Madrid después de 26 infernales años de atentados contra los derechos y la dignidad de la mayoría ciudadana".
¿Cómo pueden calificarse de infernales los años madrileños que van desde 1995 a la actualidad? ¿En qué Madrid han vivido estos lunáticos?
Según estos mentirosos, "que la izquierda progresista consiga gobernar a partir del próximo 4 de mayo significa cortar en seco el avance del fascismo en nuestro país. […] Así que todos a votar izquierda progresista el martes 4 de mayo. Nos jugamos la democracia y la libertad".
El que los madrileños nos juguemos las libertades el próximo 4 de mayo es una mentira evidente, y que ese documento esté firmado por Monedero, el amigo de Maduro, lo descalifica plenamente. Pero ¿dónde ven el fascismo estos ilustrados?
La extrema izquierda y no el PP es la que quiere acabar con nuestra Constitución
¿Y qué izquierda progresista es esa? Porque que cualquier madrileño sabe que en ningún momento -después de que un servidor fuera derrotado por el PP de Alberto Ruiz-Gallardón- las libertades en Madrid han estado en riesgo de ser atacadas, ni el fascismo ha ganado ninguna posición en la sociedad madrileña, ni los 26 años que el PP con o sin apoyos de otros partidos han sido infernales.
Sin embargo, sí fue infernal para muchos servidores públicos la etapa de Manuela Carmena como alcaldesa, que se dedicó –entre otros dislates- a nombrar a gente a dedo. Tal fue el caso de los dirigentes de Cultura, que nada más llegar al antiguo Matadero, que Alicia Moreno había convertido en un lugar cultural relevante y donde funcionaban, entre otras cosas, dos magníficas salas de teatro bautizadas con los nombres de Max Aub y Fernando Arrabal, nada más llegar, digo, estos inútiles quitaron los nombres de los dos escritores.
Tengo mis dudas de que semejantes ignorantes supieran quiénes eran esos dos autores. Quizá pensaron que al haber sido puestas las placas por el gobierno de Ruiz Gallardón, tanto Aub como Arrabal tenían que ser necesariamente franquistas.
Tras las protestas que muchos montamos por semejante agravio, los nombres de los literatos (dos connotados antifranquistas) volvieron a su sitio. Eso sí, con desgana.
Pero lo más llamativo del manifiesto que aquí se comenta son algunos nombres de quienes lo han suscrito. Por ejemplo, Elvira Lindo, escritora; Antonio Muñoz Molina, escritor; Manuel de la Rocha, abogado; Ángel Viñas, catedrático de Universidad; Manuel Rivas, escritor; Charo López, actriz.
Yo me pregunto: ¿habrán leído las barbaridades que contiene el panfleto? Y quiero contestarme con: No, no lo han podido leer, pues conozco a todos los aquí citados y son gente con méritos intelectuales como para no dejarse unir a esa extrema izquierda que quiere acabar con nuestra Constitución.