Opinión

Filomena y la historia democrática

El autor critica la inacción del Gobierno pese a la segura llegada del temporal

La borrasca denominada Filomena fue anunciada por los meteorólogos mucho antes de que nos cubriera de nieve y aislara, por ejemplo, a Madrid, y produjera un efecto letal sobre una economía ya muy tocada.

Pues bien, pese a saber la que se nos venía encima, el Gobierno no hizo absolutamente nada hasta que la mayoría de las comunicaciones (carreteras, ferrocarriles, aeropuertos) quedaron colapsadas, dejando, además, parados y perdidos a una enorme cantidad de camioneros y conductores de coches con sus acompañantes. Como siempre, fueron los militares (UME) y la Guardia Civil casi los únicos servidores públicos que se pusieron manos a la obra.

Y mientras esto ocurría, el covid-19 no paraba de enviar cada vez más gente a las UCIs y a los cementerios y las vacunaciones seguían a paso de tortuga.

Ante semejante crisis sanitaria, atmosférica y económica, ¿qué iniciativa ha tomado el Gobierno? Pues una muy urgente: sacar adelante en las Cortes una ley que nos hará felices: la Ley de Memoria Democrática.

¿Y en qué consiste esa ley? La ley no pretende recuperar memoria alguna. Lo que sí pretende es el olvido de los muchos miles de asesinatos cometidos durante la guerra en la retaguardia republicana. Aunque yo creo que el objetivo último de esta barbaridad es tener abierto el enfrentamiento entre españoles y, de paso, acabar con la Transición, que representó –antes que cualquier otra cosa- la reconciliación nacional que tanto el PCE de Carrillo como el PSOE de Indalecio Prieto venían reclamando desde los años cincuenta.

El Gobierno no ha hecho nada hasta que las comunicaciones han colapsado

José Luis Ledesma ("Violencia roja y azul") nos ha recordado los horrores ocurridos en la retaguardia republicana en Madrid, donde existieron más de doscientas checas. Centros de detención en manos de las organizaciones de izquierda como la CNT, que tuvo checas instaladas en los ateneos libertarios, pero la más famosa fue del Cine Europa, donde actuó un profesional de la pistola: Felipe Sandoval. Las hubo también ligadas a partidos, como el PCE, aunque tampoco faltaron las vinculadas al PSOE o incluso a Izquierda Republicana. Las había asimismo que emanaban de los restos de las instituciones de orden público, como la instalada en Marqués de Riscal. Y sobresale por encima de todas la conocida como "Checa de Fomento", dirigida por Agapito García Atadell e instalada en el Palacio de los Condes del Rincón.

Recuerdo con horror lo que nos contaba un buen amigo y compañero del PSOE, Timoteo Mayoral, que era un niño en 1936. Según él, los niños de su barrio, liberados de escuelas y colegios, se dirigían por la mañana temprano a los altos de la Guindalera o a la Dehesa de la Villa "a ver besugos" (la causa de tal nombre no era otra que el aspecto velado de los ojos de los cadáveres, tan parecidos a los de los pescados colocados fuera del agua), es decir, a los muertos abandonados en los descampados.

Para quienes sí estuvimos en contra de Franco cuando éste vivía exponiéndonos a persecuciones y a cárcel, que estos antifranquistas sobrevenidos saquen ahora pecho y pretendan penalizar a quien se atreva, por ejemplo, a elogiar los embalses que se hicieron en aquellos años, resulta ridículo y también insultante.

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