
La posibilidad de una fusión del Sabadell con un banco de la eurozona queda descartada por parte de la entidad presidida por Josep Oliu. Puede sorprender la rapidez con la que Sabadell cierra esta puerta, considerando que parecía una de las alternativas más factibles a su alcance, tras fracasar el plan de unirse a BBVA.
De hecho, mucho antes de abrirse las conversaciones entre los dos bancos españoles, una fusión transfronteriza ya encajaba en los planes de Oliu. A todo ello se suma el modo en que el BCE estimula estas uniones, como la mejor solución a las bajas rentabilidades del sector financiero europeo, una debilidad que la pandemia agrava. Sin embargo, la crisis también plantea un escenario difícil para que esta operación se desarrolle en los términos que Sabadell persigue. Es muy probable que la oferta que se presente sea igual o inferior al máximo de 2.500 millones que BBVA planteó. No es fácil tampoco encontrar el candidato idóneo. Deutsche Bank y BNP son los nombres que sonaron con más fuerza, pero el primero atraviesa problemas internos y el segundo ya tiene presencia en banca minorista española. Sabadell se inclina así por seguir en solitario sin caer en la parálisis ya que implantará un plan de ajuste de personal y de sucursales y buscará alianzas comerciales con bancos extranjeros. No obstante, todo apunta a que esos proyectos necesitarán verse complementados por desinversiones, una vía más complicada debido al escaso interés que despierta su filial británica TSB.
Junto al plan de ajustes que ya plantea, es positivo que la entidad no se cierre a una operación corporativa en España
Es posible, por tanto, que Sabadell tenga que explorar más opciones. En ese sentido, resulta positivo que la entidad no se cierre a sondear operaciones corporativas en España, en las que Kutxabank tendría un importante rol.