Opinión

El peor momento para subir impuestos

Bombardear a las empresas con impuestos ahondará la recesión

¿Un aumento en el impuesto sobre las ganancias de capital? ¿Un alza del Impuesto de Sociedades? ¿Un impuesto dirigido a los gigantes de Internet? Aún no hemos llegado a la etapa de exigir una tasa a las entregas a domicilio para ayudar al comercio tradicional (como ya se baraja en Barcelona) pero, ¡diablos!, estamos aún a comienzos de septiembre y todavía hay mucho tiempo para que a los políticos se les ocurra de todo. En concreto, el Tesoro británico busca formas de llenar el enorme agujero en las finanzas públicas que provoca el Covid-19, y apunta a las empresas y empresarios como las fuentes más accesible de la que obtener recursos. Pero es una locura. Nunca es un buen momento para gravar la creación de riqueza, pero éste es un momento especialmente malo.

Si queremos tener alguna esperanza de crear los puestos de trabajo que necesitamos para salir de esta crisis, necesitaremos una enorme liberación de energía empresarial. Además la economía digital es el único sector del que podemos esperar que nos ayude a crecer, por lo que difícilmente tiene sentido castigarlo. El año que viene descubriremos si no hay más remedio que aumentar los impuestos, pero si lo hacemos finalmente, será una locura poner toda la carga sobre las empresas.

Fuera de los tiempos de guerra, los funcionarios del Tesoro británico nunca han visto tanta tinta roja. Uno de los confinamientos más estrictos del mundo desarrollado también creó una de las recesiones más profundas. El colapso de la producción de Reino Unido en el segundo trimestre del año hundió los ingresos fiscales, mientras que el enorme gasto en Ertes, rescates y préstamos ha empujado al país a una profunda depresión. Se espera que el déficit llegue a 300.000 millones de libras esterlinas este año, el más alto en términos reales desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y nuestras deudas totales han superado ya el 100% del PIB. Si logramos una rápida recuperación en forma de V, podremos pagarla gradualmente en un par de generaciones, y mientras los tipos de interés se mantengan cerca de cero, podría ser casi manejable. Si no, los impuestos tendrán que aumentar.

Gravar ahora a la empresas, que son las que crean riqueza y empleo, es una locura

No hay nada malo en que el Tesoro empiece a explorar sus opciones. Sin embargo, en este momento, está buscando en todos los lugares equivocados. Sus principales objetivos parecen ser el impuesto de sociedades, con un posible aumento al 24%, el impuesto sobre las ganancias de capital, que podría ser igualado con el impuesto sobre la renta (lo que implica un aumento hasta el 40% o el 45%), y un plan para un impuesto sobre las ventas online. De una forma u otra, se hará pagar a las empresas.

Pero justo ahora necesitaremos crear decenas de miles de nuevas empresas y millones de nuevos empleos, para tener alguna esperanza de hacer que la economía vuelva a donde estaba en 2019. Los Ertes y los préstamos baratos han mitigado el primer golpe, pero un número aterrador de empresas no van a volver de esta crisis. Ya hemos visto que las cadenas de tiendas y restaurantes empiezan a cerrar franquicias, pero a medida que los planes de apoyo empiezan a disminuir, esto empeorará mucho más. Nos arriesgamos a sumar dos, tres, y tal vez incluso cinco millones de desempleados. Necesitaremos muchísimas nuevas empresas para tener alguna esperanza de crear puestos de trabajo a esa escala, y sólo lo haremos si recompensamos a los empresarios en lugar de castigarlos.

A continuación, el teletrabajo ha facilitado más que nunca el cambio de sedes a lugares con menos impuestos. Tras el confinamiento, muchos propietarios de empresas se preguntan para qué necesitan una oficina, con todos los gastos que conlleva. Con un gravamen de Sociedades en el 24%, frente al actual 19%, como pretende el Tesoro, Reino Unido perderá su competitividad fiscal. Enfrentados a un gran aumento de los impuestos, y después de un entrenamiento de seis meses en las ventajas del teletrabajo, muchos negocios podrían decidir que Irlanda (con un tipo del 12,5% en Sociedades), o Hungría (9%) o Bahamas (0%) son buenas opciones. Los impuestos corporativos más altos suponen un gol en propia puerta.

Se debe incentivar la economía 'online', no castigarla con nuevos tributos como busca la UE

Por último, deberíamos incentivar la economía online lo más rápido posible. Montones y montones de pequeñas empresas han encontrado formas innovadoras de operar en internet. Eso mejora la productividad y el crecimiento, y, además, nos ayuda a controlar el virus. ¿Por qué querríamos castigarlos por eso? No tiene ningún sentido y, lo que es peor, enviará una señal de que Reino Unido, al igual que la UE de la que queremos separarnos, es una zona hostil con la nueva economía.

En realidad, si aumentamos los impuestos a las empresas sólo empeoraremos la recesión. Queda por ver si tenemos que tomar decisiones difíciles en materia de impuestos. Podríamos ser capaces de recortar el gasto, pedir más préstamos, y de alguna manera diseñar una recuperación lo suficientemente rápida para evitarlo. Eso está por verse. Pero si finalmente no hay más remedio que subir los impuestos, no deberíamos acorralar los creadores de riqueza. Pueden parecer un blanco fácil, pero necesitaremos su capacidad e ideas más que nunca en los difíciles años venideros.

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