Opinión

La tendencia del mercado del gas que aliviaría los bolsillos españoles

Las plantas regasificadoras colocan a España con ventaja competitiva

El mercado del gas está experimentando un desequilibro al producirse una caída en la demanda y por la existencia de un exceso de oferta procedente de países productores como Qatar, Estados Unidos, Argelia, Rusia o Australia. Esto ha desencadenado una caída de precios desde inicios del pasado año. La demanda del gas en España durante el pasado año fue la más alta de los últimos siete años, sin embargo debido a la crisis actual, esta demanda se ha desplomado.

La tendencia del balance mundial es la siguiente: existe un exceso de oferta que genera que haya gas en stock; esto desencadena una caída de precios que provoca que el consumo aumente. Sin embargo, en los últimos 3-4 meses este consumo se ha paralizado debido a la crisis del coronavirus. ¿Qué significa esto para el consumidor? ¿Cómo va poder beneficiarse de una tendencia donde el precio está a la baja?

Era el final del tercer trimestre de 2018 cuando los precios del mercado ascendieron hasta máximos históricos. Sin embargo, desde ese momento, han descendido de manera continua. En el índice MIBGAS (Mercado Ibérico del Gas), el precio ha descendido más de un 77% con respecto a ese periodo del 2018. A principios de este mes de mayo, el MIBGAS situaba los precios por debajo de los 6€/MWh, la cifra más baja desde el pasado 2 de noviembre (mínimo histórico) cuando alcanzó una cotización de 8 /MWh.

España a la cabeza

Ante este escenario de inclinación bajista, España está ante una buena oportunidad de situarse como un país de referencia dentro del mercado y que el resto de países compren teniendo en cuenta el índice de precio marcado por nuestro país.

Y esta ocasión se presenta por la coyuntura del mercado y las características que tiene España gracias a sus seis plantas de regasificación. Unas infraestructuras muy amplias (mayores que las de la mayoría de vecinos en Europa) que nos permiten ser uno de los países europeos más competitivos. De hecho, a inicios del mes de abril, el MIBGAS determinó la creación de un hub de gas licuado (GNL) único en el mundo. Un Tanque Virtual de Balance (TVB) para las seis plantas de regasificación, de modo que los usuarios y agentes del MIBGAS puedan realizar operaciones con el GNL independientemente de la planta en la que se localice.

Un precio, tan barato como el actual, unido al músculo de infraestructuras nacional en esta materia nos permiten tener una mayor capacidad de atraer excedente de otros países para almacenarlo y distribuirlo al precio y en las condiciones que nosotros marquemos.

Nuestras plantas regasificadoras nos permiten ser uno de los países más competitivos de Europa

Estados Unidos se ha convertido en el mayor exportador de GNL en España. Al contrario de lo que sucediera anteriormente, donde ese puesto lo ocupaba Argelia, el mercado de exportaciones estadounidense supuso en marzo ya un 25,5% del total (8004 GWh), un incremento del 63,5% respecto al mismo mes en 2019, según afirma CORES. Un 185,4% más que en el mismo primer trimestre del pasado año.

Y ¿qué supone todo esto? Que España y, por tanto, sus consumidores, están en una situación durante los próximos dos o tres años ideal para beneficiarse de estos precios tan bajos. Gracias a estas capacidades, si el país es previsor, puede aprovechar esta oportunidad competitiva no sólo para dar un paso adelante en el tablero internacional, sino para que los ciudadanos y empresas puedan notar esta competitividad en sus bolsillos. Al fin y al cabo, todo esto tiene un solo objetivo: que la crisis nos duela a todos un poco menos.

El coronavirus, catalizador de la caída de la demanda para los próximos años

La llegada de la COVID-19, lejos de ser un acicate para revertir esta tendencia de exceso de stock y escasez de demanda, ha servido de catalizador de esta situación. Las políticas de confinamiento han desembocado en la paralización de sectores como la industria, el turismo o el comercio, lo que ha potenciado que la demanda descendiera a una velocidad aún mayor.

El mercado del petróleo y el de la electricidad ha sufrido casos similares. El precio del crudo está en mínimos históricos, habiendo experimentado una fuerte caída a causa de la pandemia que ha afectado a todo el mundo. En la segunda mitad de febrero, según el índice Brent, el barril de crudo se situaba a 60$ dólares. Debido a la pandemia, a finales de abril se llegó a situar en menos de 20$ el barril, uno de los peores datos que se recuerdan de los últimos 17 años, cuando en 2003 bajó el precio de los 20 dólares.

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