Opinión

PSOE-PP, el pacto imposible

Demasiados obstáculos para el acuerdo entre el presidente y el líder de la oposición

Al margen de los intereses de España y de la voluntad mayoritaria de los españoles -ocho de cada diez demandan un gran acuerdo entre PSOE y PP para la recuperación- las palabras y los hechos de los dos grandes partidos y sus líderes se empeñan en demostrarnos, día a día, que a pesar de tímidos intentos de acercamiento, el acuerdo es hoy por hoy imposible e impensable.

"Sánchez no quiere acuerdos , quiere adhesiones", afirman desde la sede popular de Génova, y aunque "Casado no quiere elecciones porque necesita tiempo para ocupar el PP periférico, tampoco va aceptar la sumisión que le pretenden imponer desde Moncloa porque sería su eutanasia política", explican para añadir que el objetivo de la actual dirección popular es que "se vean los efectos de la tormenta económica que se avecina y se la imputen a la coalición de Gobierno."

Si Casado acepta la sumisión que Moncloa pretende sería su eutanasia política

A ello se suma que el referente ideológico y estratégico del PP de Casado sigue siendo José María Aznar quien a través de FAES marca las líneas a seguir. Y para Aznar Sánchez no es de fiar al tiempo que la permanencia de Unidas Podemos en el Gobierno es una "línea roja" que el PP no va a traspasar. "Iglesias tiene en sus manos una parte importante de las riendas del Gobierno y se están aprovechando de la crisis para desarrollar un programa que se aleja de los principios de la democracia y del Estado de Derecho" afirman desde la Fundación que preside el expresidente del Gobierno para justificar su oposición a pactos de calado con el Ejecutivo socialpopulista.

Pero si algo tienen claro desde la sede socialista de Ferraz es que "Sánchez no va a dejar caer a Iglesias ni a Podemos". Sabe que con Ciudadanos no suma, que el apoyo de los naranjas "se puede romper en cuanto se convoque la mesa de negociación con los independentistas catalanes y que los podemitas son su aval ante los socios de la Frankestein para intentar sacar los Presupuestos". El propio Presidente se ha encargado de transmitir el pasado fin de semana que "el Gobierno está más fuerte", mientras acusaba al PP de querer derribar al Ejecutivo mientras le pedía que "no estorbe en Europa". Palabras que son radicalmente contrarias a esos mensajes de "unidad" que dice pretende conseguir.

La permanencia de Unidas Podemos es la "línea roja" que el PP no va a traspasar

Y si el PP tiene a Aznar, el sanchismo también tiene su ideólogo, José Luis Rodríguez Zapatero, el "embajador" de la dictadura venezolana de Maduro, quien en las últimas semanas está desarrollando una inusitada actividad en los medios de comunicación para apoyar la coalición con sus amigos de Podemos, y "para contrarrestar las declaraciones y los movimientos de Felipe González en defensa de ese gran acuerdo nacional entre los dos grandes partidos", apuntan responsables socialistas que no ocultan que "Zapatero es el gran referente político de Sánchez". Por eso, resaltan, cada vez que la oposición del Partido Popular ha ofrecido pactos concretos en sanidad y economía para superar la crisis "Sánchez endurece sus ataques e insiste en la ruptura".

Pero no son sólo razones ideológicas y los antagonismos personales las barreras que imposibilitan de momento el pacto. Los resultados del electopanel del pasado 27 de junio, que muestran como el PSOE comienza a distanciarse del PP, reafirman a las cúpula de Génova y de Ferraz en mantenerse en sus trincheras. En concreto los resultados de este sondeo otorgan al PSOE el 26,3 por ciento de intención de voto y 111 escaños, frente al 24,2 por ciento de sufragios y 105 escaños del PP. Mientras que Vox y Ciudadanos se mantienen en 45 y 14 escaños, respectivamente, y Unidas Podemos sumaría 30. Resultados que dejarían al centroderecha casi sin opciones de Gobierno, que decidirían, una vez más, los independentistas.

Casado no quiere elecciones porque necesita tiempo para ocupar el PP periférico

Sólo si Feijóo tiene un resultado brillante y amenaza con provocar el relevo de Casado podría cambiar el escenario. Una posibilidad que no descartan en el PP, a la que están atentos desde el PSOE y que ambos temen y recelan.

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