
El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, no duda a la hora de servirse de la tragedia que el Covid-19 causó en las residencias de ancianos, como medio para reforzar sus prejuicios ideológicos contra la propiedad privada.
En concreto, Echenique aboga por la nacionalización de este tipo de centros esgrimiendo un argumento a priori, tan arbitrario como indemostrable: "Lo público es más fuerte a la hora de cuidar", lo que supone un desprecio gratuito a la labor que miles de cuidadores desempeñan desde hace décadas en ellos.
El portavoz de Podemos ignora interesadamente que en la crisis de las residencias el factor clave no ha sido su modelo de propiedad, sino la vulnerabilidad que ha creado el hecho de que no estuvieran medicalizadas. La atención a los mayores en estas instalaciones debe contar con medios comparables a los que disponen los servicios de geriatría de los hospitales y clínicas. Ha quedado demostrado que no basta con las visitas esporádicas de médicos ajenos a los centros. Las residencias deben ser autosuficientes en ese sentido y el hecho de que sean de propiedad privada no supone ningún obstáculo para ello; muy al contrario, las dota de recursos para lograr ese objetivo.
Por ello, el llamamiento de Podemos a nacionalizar residencias no es sólo demagógico sino además insostenible financieramente. Borrar la iniciativa privada de este sector supone cargar al sistema público con un coste extra de 5.000 millones mientras se alimenta la inseguridad jurídica entre todo tipo de inversores.