Quienes piensen que con el intento fallido de Pablo Iglesias de tomar el poder económico a través de las nacionalizaciones o la contrarreforma laboral concluye su ofensiva, está muy equivocado. Esta semana conocimos cómo el PSOE y sus socios de Gobierno pasarán a controlar nueve de los diez consejeros de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), un organismo con poder para vetar fusiones ó adquisiciones, así como para imponer sanciones elevadas que pueden hundir a cualquier sociedad. Un auténtico contrapoder frente a las grandes empresas.
Existe un pacto no escrito por el que los dos grandes partidos suelen consensuar el número uno y dos de la institución. Así ocurrió en el Banco de España durante la etapa de Luis de Guindos, como ministro de Economía. La regla se rompió en la CNMC, que estuvo tutelada durante los últimos seis años por José María Marín, un hombre próximo a Guindos, con seis consejeros afines y cuatro, en contra.
No hay empresa del IBEX que no haya sido asesorada por la presidenta de la CNMC ó su marido
La vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, anunció a última hora del jueves, 28 de mayo, a Pablo Casado que iba a renovar los miembros del consejo de administración del organismo de Competencia, cuyo plazo había vencido a comienzos de años.
_"Te mando la lista de los candidatos que proponemos. Están todos elegidos con un criterio profesional", le espetó y le ofreció la posibilidad de que el principal partido de la oposición designara un candidato.
A Casado le parecieron pocos, pero quedó en estudiarlo. Durante el fin de semana repasó con el equipo de economía el perfil de los designados. El lunes amaneció con la filtración al diario oficial del Gobierno, El País, del nombre de la futura presidenta, Cani Fernández.
Calviño telefoneó con prisas a Casado y le urgió a darle su candidato porque al día siguiente, martes, los nombramientos iban a consejo de ministros. El líder popular le pidió algo más de tiempo, entre otros argumentos, esgrimió que sería conveniente a que finalice el estado de alarma, y dos puestos en el consejo, en lugar de uno. Calviño hizo oídos sordos a la súplica de los populares que, ante la premura de los nombramientos y los curriculum propuestos, se negaron a dar un nombre a la vicepresidenta.
Temor al control de las televisiones por el nuevo consejero de ERC, amigo de Iglesias y de Roures
Cani Fernández es una reputada abogada en temas de competencia. Se labró la mayor parte de su brillante currículo profesional como socia del bufete Cuatrecasas, que abandonó tras perder la carrera para ser su consejera delegada. Desde hace unos meses trabajaba como asesora de la Presidencia del Gobierno, a las órdenes de Iván Redondo.
Buena amiga de Calviño y también del todopoderoso gurú de Pedro Sánchez. Fernández, tenía todas las papeletas para encaramarse al más alto puesto del organismo, según fuentes internas.
Pero su paso por la política durante unos meses anticipa problemas de incompatibilidades, ya que tendrá que abstenerse de votar en toda la larga lista de empresas a las que asesoró durante los últimos meses. La presidenta trabajó para sociedades tan importantes como Uber, Enel, Mediaset, Telefónica, Acciona ó Enel. Un caso parecido al presidente de la CNMV, Sebastián Albella, que procedía del bufete Linklaters, dedicado al asesoramiento empresarial.
El PSOE siempre podrá decir que el Gobierno de Rajoy creó ya el precedente con el nombramiento de Albella. Pero el asunto se complicó cuando se conoció que Fernández está unida en feliz matrimonio con Jorge Padilla, director general de Compass Lexecom para la región de Europa y Oriente Medio. Un influyente consultor especializado también en temas competenciales, que asesoró a las principales empresas españolas. El reglamento de la CNMC advierte expresamente de que los familiares en primera línea de los directivos del organismo no deben ejercer trabajos que entren en conflicto de intereses.
El propio Padilla censuró en varias ocasiones en público este tipo de situaciones como deshonestas y contrarias a las buenas prácticas de gobierno en las instituciones. Pero ahora se aprovechará de la situación, su bufete aumentará de forma desorbitada su capacidad de prescripción a la par que su cartera de clientes, en busca de influencia.
¿Nadie reparó en los conflictos de intereses del matrimonio? , ¿Qué ocurre cuando su cónyuge sea el asesor de alguna de las fusiones o adquisiciones que estudie la CNMC?
Pero aquí no acaban los conflictos. Preocupa mucho que el consejero propuesto por En Comú Podem, Carles Aguilar, un profesor de temas audiovisuales, sea un hombre próximo a Pablo Iglesias, pero sobre todo a Jaume Roures, propietario de una conocida productora de televisión.
La CNMC tiene importantes expedientes por rematar sobre la mesa, como el de la fusión de Sogecable con Telefónica, uno de los enemigos tradicionales de Roures a causa de los derechos del fútbol. ¿Cómo se logrará la objetividad en estos temas?
De todos es conocida, además, la obsesión de Iglesias por el control de los medios audiovisuales El líder podemita tendrá así un instrumento político con capacidad sancionadora que podrá utilizar para reorientar las políticas de comunicación de las principales televisiones. Que no les quepa duda.
La CNMC amplió su ámbito de actuación a todas las plataformas de internet como Facebook ó Youtube, lo que otorga a Iglesias un notable poder de censura sobre sus contenidos. Calviño mintió. Estos son los problemas derivados de colocar en un organismo independiente a personas elegidas por su adscripción política, en lugar de sólo por sus méritos profesionales.
La nueva CNMC tendrá un importante escoramiento en la defensa de la economía verde. Una tendencia universal, pero que sin el tiempo de transición necesario puede ocasionar la destrucción de miles de empleos en la industria tradicional, como el automóvil, en los próximos años.
Entre los nuevos consejeros está Josep Sala i Prats, a propuesta de ERC, un conocido hooligan del medio ambiente, que en la pasada legislatura intentó reventar con un voto particular la Comisión para la Transición Energética, creada por el ex ministro Álvaro Nadal.
En la misma línea se inscriben otros consejeros como Mariano Bacigalupo, esposo de la actual vicepresidenta cuarta Teresa Ribera. Ambos son activistas ecológicos. Bacigalupo sonó durante meses como candidato a presidir la CNMC. Su nombramiento hubiera provocado un escándalo sin precedentes.
La ascendencia política de los nuevos consejeros no acaba aquí. Otra de las consejeras entrantes, Pilar Sánchez, procede directamente del gabinete de Calviño, pese a que tienen una amplia experiencia en los organismos que precedieron a la CNMC.
El asalto al poder económico se consumará en noviembre con la renovación de la cúpula de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el otro organismo independiente con capacidad sancionadora sobre las empresas cotizadas.
La CNMV protagonizó en el pasado sonoras maniobras políticas, como la toma de control de Endesa por parte de la italiana Enel en detrimento de la española Gas Natural ó el intento de Sacyr para asumir las riendas del BBVA.
Es urgente profesionalizar los órganos de administración y eliminar las cuotas políticas para dotarnos de organismos reguladores verdaderamente independientes. "Con la tutela absoluta de ambos organismos, la pinza sobre las grandes empresas será completa", asegura un consultor independiente. El asalto al poder económico está en marcha.