
La más reciente EPA se muestra incapaz de calibrar el golpe que la epidemia asesta al mercado laboral. Sin embargo, pese a que sólo abarca dos semanas del aún vigente confinamiento, ya bastó para registrar el peor primer trimestre desde 2013.
Es más, quedó clara la intensidad con la que se produce el deterioro. De la creación de empleo registrada a principios de marzo se pasó a destruir más de 500.000 puestos de trabajo en cuestión de días, lo que impulsó la tasa de paro hasta el 14,4%. Esta cifra sólo es un indicador muy prematuro. El alargamiento de la parálisis económica y el aluvión de Ertes hará que el mercado laboral español afronte en junio un escenario sin precedente: un 34% de la población en situación equiparable al desempleo.