
El acceso de los jóvenes a la vivienda no sólo es difícil a través del alquiler. La compra se antoja misión imposible por las altas cuantías que se deben abonar en concepto de entrada. Antes esta situación conviene escuchar la propuesta del sector de las promotoras, orientada a que se aplique una solución que ya da frutos en Francia.
Se trata de que el Estado preste sin intereses una parte del desembolso. El riesgo financiero no tiene por qué descontrolarse considerando que el préstamo se limitaría a un máximo del 15-20% del valor del piso y sólo se avalaría a personas con un perfil solvente. Es más cabe la posibilidad de que el sector asegurador también se implique en esta práctica. La propuesta, por tanto, presenta suficientes garantías como para valorar su aplicación.