Calma ante los descensos en bolsa

La crisis del virus de Wuhan ha acabado dejándose notar en la renta variable europea. El Eurostoxx 50 sufrió su mayor descenso del pasado octubre, hasta el punto de perforar el soporte clave de los 3.706 puntos. De este modo, el selectivo europeo entra en pérdidas este año y se abre la puerta a que sufra una caída adicional del 4%. Pese a su contundencia, no debe verse en ninguno de estos datos un motivo para el pánico.

 Es cierto que la situación que dibuja el coronavirus es todavía muy incierta, a medida que sigue subiendo el número de muertos en China (ya rebasa los 80) y se detectan más casos fuera de las fronteras del gigante asiático. Ahora bien, sería precipitado asegurar que estamos abocados a una crisis tan larga (casi un año) como la que enfrentó Pekín en 2003, por culpa del síndrome de insuficiencia respiratoria (SARS). Entonces, China perdió un punto de crecimiento por esta causa. Ahora, la nueva crisis coincide con la etapa más intensa de compras del país, el año nuevo, y es inevitable que el consumo se resienta. Sin embargo, el daño para el PIB puede limitarse en restar unas pocas décimas a su avance. En consecuencia, no hay por qué temer un golpe a la economía mundial, que afecte a las bolsas, máxime considerando la buena evolución de la guerra comercial con EEUU o el modo en que la eurozona (Alemania, en especial) ha esquivado la recesión.

El alcance del 'virus de Wuhan' aún está por verse, pero no hay por qué temer aún que causen una nueva crisis

Muy al contrario, los recientes descensos bursátiles deben verse como una pausa en el rally que la renta variable mostraba desde finales del año pasado que, de momento, no trunca la tendencia alcista del mercado. Es más, ateniéndose a las debidas cautelas, las próximas bajadas pueden ofrecer oportunidades para entrar en el mercado.