Opinión

En los albores de una década crucial

La lucha contra el cambio climático, uno de los grandes retos de la próxima década

En un evento muy concurrido organizado el pasado mes de abril en Berlín por el Instituto de Política Europea para impulsar la participación de los jóvenes en las elecciones, le comenté al presidente alemán Frank-Walter Steinmeier: "¡Mire, esto demuestra que siempre es posible movilizar a los jóvenes por una buena causa!" A lo que el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, respondió: "Sí, es cierto, pero lo más importante es que los jóvenes nos puedan movilizar a nosotros".

Tiene razón. Los jóvenes, como los cientos de miles de manifestantes por el clima de los #FridaysforFuture, nos han movilizado este año para proteger a la humanidad de la emergencia climática.

En el Banco Europeo de Inversiones, el mayor banco multilateral del mundo, llevamos mucho tiempo siendo uno de los principales financiadores de la acción por el clima. Sin embargo, sentíamos la necesidad de modificar nuestro enfoque, para poder tener un mayor impacto sobre el clima. Queremos compartir nuestra experiencia con ustedes, porque el cambio climático significa que todos nosotros tendremos que cambiar: tanto las instituciones como las empresas y las familias necesitan cambiar su forma de hacer las cosas. Sé, por nuestra experiencia de este año, que el cambio puede ser difícil, pero también sé que es inevitable y, lo que es más importante, que es posible.

Hemos decidido aumentar la financiación del banco destinada a la acción por el clima hasta el 50 por ciento de todos nuestros préstamos, con lo que esperamos respaldar inversiones por valor de un billón de euros en proyectos de acción por el clima de aquí a 2030. Hemos propuesto ajustar todas nuestras actividades al Acuerdo de París. Y hemos establecido una nueva y ambiciosa política de préstamos energéticos, en virtud de la cual dejaremos de financiar los combustibles fósiles tradicionales para centrarnos plenamente en la eficiencia energética, las energías renovables y otros proyectos innovadores que puedan ayudar a mantener el cambio climático por debajo de los 2°C.

El BEI dejará de financiar los combustibles fósiles para centrarse plenamente en la eficiencia energética

¿Qué nos ha movido a hacer esto? Nuestra misión, fijada hace ya más de 60 años, consiste en financiar «proyectos de interés común a varios Estados miembros que, por su amplitud o su naturaleza» no pueden ser acometidos eficientemente por un solo de ellos. El cambio climático es claramente un reto de esta amplitud o naturaleza. Todos debemos trabajar juntos para mitigar los gases de efecto invernadero en el momento de su generación y para adaptar las infraestructuras allá donde sean más vulnerables al cambio climático. La contaminación en un lugar puede tener efectos devastadores en otro. Asimismo, los beneficios de la lucha contra el cambio climático pueden ser compartidos por muchos.

Una vez anunciado lo que queríamos hacer, se produjo un gran debate. Recibimos casi 150 escritos de organizaciones e individuos preocupados, al igual que peticiones firmadas por más de 30.000 personas, sobre lo que querrían ver en nuestra nueva política de préstamos al sector energético. Los manifestantes llegaron hasta la sede del banco. Tuvimos que reconocer que algunos países tienen puntos de partida muy diferentes, incluidos algunos Estados miembros de la UE que son accionistas del BEI. Para algunos países, las inversiones en gas natural serían un paso en la dirección correcta, si se deja de invertir en carbón, que contamina todavía más.

Para otros países, las necesidades de inversión en servicios públicos son tan apremiantes que el cambio de fuente de energía no es realmente lo que más preocupa a los ciudadanos. Y en algunos países, el fin de la financiación de los combustibles fósiles pondrá fin, tarde o temprano, a una industria que ha generado mucho empleo y actividad económica en regiones enteras. Debemos garantizar una transición justa en estas regiones para asegurarnos de que nadie se queda atrás.

Así que tuvimos que reconocer que el cambio nunca es fácil mientras abordábamos estos temas. Al mismo tiempo, teníamos que trazar la línea en algún lugar. Nuestras inversiones son a largo plazo. En 1960 invertimos en una central eléctrica de carbón en Berlín Occidental. Actualmente todavía está en funcionamiento. Por lo tanto, debemos ser muy cuidadosos con las repercusiones futuras de las inversiones que hacemos hoy. Es una responsabilidad que tenemos, tanto con el medio ambiente como con nuestros inversores. Los proyectos que financiamos hoy en día no deberían convertirse en activos bloqueados en diez años.

Ahora bien, nuestro plan no trata tanto de lo que no como de lo que sí financiaremos. Vamos a financiar la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono, a trabajar en la reducción de los gases de efecto invernadero, a impulsar la innovación y a ayudar a millones de personas que viven en Europa en una situación de pobreza energética. No podemos ser ecológicos a medias. El clima debe estar en el centro de todo lo que hacemos. Por esta razón, queremos alinear nuestra financiación a los objetivos del Acuerdo de París de aquí a finales de 2020. Financiaremos proyectos que ayuden a las zonas que más dependen actualmente de los combustibles fósiles para el empleo y los servicios públicos. Apoyaremos la innovación y las nuevas tecnologías en todo el sector energético: producción, almacenamiento y consumo de energía, por ejemplo, en los vehículos eléctricos.

Los próximos años definirán nuestra capacidad para obtener los acuerdos del clima

Tenemos que empezar ya. El Acuerdo de París es un compromiso para mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C, con el objetivo de 1,5°C. Para alcanzarlo, tenemos un «presupuesto de carbono» total de 580 gigatoneladas. Eso significa que, ni ahora ni nunca, podremos emitir más de 580 gigatoneladas de CO2. Es cierto que son muchas toneladas, pero al ritmo actual de 37 gigatoneladas al año, habremos agotado el presupuesto en 2032. Los próximos diez años serán críticos.

¿Cómo incidirán todas estas inversiones en nuestro estilo de vida? Un gran ejemplo lo tenemos en Katowice. La ciudad polaca eliminó el carbón a finales de los años 90. La financiación del Banco Europeo de Inversiones contribuyó a rejuvenecer la ciudad y a convertirla en el lugar animado que es ahora. No hace mucho, un polaco me dijo que su abuela, en Katowice, tenía que lavar las cortinas dos veces por semana, por la cantidad de polvo de carbón que había en el aire. Ahora solo las lava dos veces al año. Así es como ha cambiado la ciudad. El año pasado, la principal conferencia de la ONU sobre el clima se celebró en Katowice y no se me ocurre un lugar más adecuado para mostrar que el cambio es posible.

Sabemos que la gente está con nosotros en esta lucha. Este año, el Banco Europeo de Inversiones ha realizado una encuesta mundial sobre el clima para comprender mejor las opiniones de la gente. Lo que piensan las personas sobre la lucha contra el cambio climático es importante, ya que nos muestra si están abiertas o no al cambio. ¿Estamos dispuestos a reciclar más, a usar más el transporte público, a hacer las cosas de forma diferente?

El clima es la principal preocupación de los europeos, pero la gente está convencida de que el calentamiento se puede revertir

Nuestra encuesta muestra que el clima es la principal preocupación de los europeos. La mayoría de la gente nos dijo incluso que ya estaba sufriendo los efectos del cambio climático. Y lo que es más importante, mucha gente está convencida de que la situación se puede revertir. En general, los españoles se mostraron más optimistas que la media, pues el 68 por ciento cree que el cambio climático se puede revertir y el 80 por ciento de los encuestados se considera parte de la solución. Sin duda, así es como nosotros, en el Banco Europeo de Inversiones, habríamos respondido a esas preguntas. Esperamos trabajar con el sector público español y con inversores privados para apoyar proyectos de lucha contra el cambio climático.

Estamos realmente en los albores de una década crucial. El sol se alzará y hará más calor. Pero nosotros también podemos alzarnos y cambiar a mejor. Este ha sido el mensaje que los jóvenes nos han hecho llegar a todos nosotros el año pasado. Ellos son los que más se juegan, así que será mejor que nos dejemos movilizar.

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