
El Banco de España pronostica que el déficit público quedará este año en el 2,5 por ciento, lo que supone que, por primera vez desde 2012, no bajará. Más preocupante resulta la previsión de un rebasamiento continuo de los objetivos de estabilidad de la UE de 2019 a 2021. La situación puede agravarse debido a que el responsable de estas desviaciones, el gasto en pensiones, amenaza con crecer más.
Así ocurrirá si se blinda su vinculación al IPC o se destierra la aplicación del factor de sostenibilidad. Se trata de una preocupante evolución del déficit, no sólo por sus consecuencias para las finanzas públicas. En 2020 entra en vigor el mandato constitucional de cumplir con los objetivos de Bruselas y su violación puede hacer que se impugnen los Presupuestos.
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